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Porfiria cutánea

Generalmente, la porfiria cutánea tarda surge durante la vida adulta, especialmente en pacientes que ingieren a menudo alcohol o que tienen problemas en el hígado, como hepatitis C, por ejemplo.

La porfiria cutánea tardía normalmente no es genética, pero en algunos casos puede pasar de padres a hijos, siendo recomendado asesoramiento genético antes de quedar embarazada, si existen varios casos en la familia.

Síntomas de la porfiria cutánea

Porfíria cutânea

Porfíria cutânea

El primer síntoma de porfiria cutánea consiste en el surgimiento de pequeñas burbujas, en la piel expuesta al sol, que demoran para cicatrizar, sin embargo, otros síntomas incluyen:

Crecimiento exagerado de pelos en la cara;

  • Piel endurecida en algunos lugares, como brazos o cara;
  • Orina oscurecida.
  • Después de la desaparición de las burbujas, pueden surgir cicatrices o manchas claras que tardan mucho tiempo en sanarse.

El diagnóstico de la porfiria cutánea debe ser hecho por un dermatólogo a través de exámenes de sangre, orina y heces para confirmar la presencia de porfirina en las células, ya que es una sustancia producida por el hígado durante la enfermedad.

Tratamiento para porfiria cutánea

El tratamiento para porfiria cutánea debe ser orientado por un dermatólogo en colaboración con un hepatólogo, ya que es necesario controlar los niveles de porfirina producida por el hígado. Así, dependiendo de los síntomas del paciente, el tratamiento se puede hacer con remedios para porfiria cutánea, como Cloroquina o Hidroxicloroquina, retirada regular de sangre para disminuir los niveles de hierro en las células o una combinación de ambos.

Además, durante el tratamiento se recomienda que el paciente evite el consumo de alcohol y la exposición solar, incluso con protector solar, siendo que la mejor forma de proteger la piel del sol es usar pantalones, sudaderas con manga larga, sombrero y guantes , por ejemplo.