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Todo sobre la Rubéola

La rubéola es una enfermedad altamente contagiosa que se toma por el aire y es causada por un virus del género Rubivirus. Esta enfermedad se manifiesta a través de síntomas como pequeñas manchitas en la piel rodeadas por un rojo vivo, esparcidas por todo el cuerpo y fiebre.

Su tratamiento es sólo para controlar los síntomas, y normalmente esta enfermedad no tiene graves complicaciones. Sin embargo, la contaminación con rubéola durante el embarazo es grave, pudiendo llevar al aborto oa malformaciones en los ojos, el corazón, el hígado y el cerebro del bebé.

Signos y Síntomas de la rubéola

La rubéola es más común al final del invierno y al inicio de la primavera y generalmente se manifiesta a través de los siguientes signos y síntomas:

  • Fiebre hasta 38º C;
  • Manchas rojas que aparecen inicialmente en la cara y detrás de la oreja y después se dirigen hacia los pies durante unos 3 días
  • Dolor de cabeza;
  • Dolor en los músculos;
  • Dificultad para tragar;
  • Nariz obstruida;
  • Ganglios o hinchadas cercanas al cuello;
  • Conjuntivitis

La rubéola puede afectar a niños y adultos y aunque puede ser considerada una enfermedad propia de la infancia, no es común que los niños menores de 4 años tengan la enfermedad.

Tudo sobre a Rubéola

El médico puede llegar al diagnóstico de la rubéola después de la observación de sus síntomas y la comprobación de la enfermedad mediante un análisis de sangre específico que identifica los anticuerpos IgG e IgM.

Como ocurre la transmisión de la rubéola

Una persona puede tomar rubéola cuando está cerca de alguien con esta enfermedad. El virus entra en el organismo a través del contacto con las secreciones respiratorias del individuo, a través del beso o de la inhalación de las gotitas de saliva que son esparcidas por el aire a través del habla, tos o estornudo.

El período de incubación del virus varía de 12 a 23 días y la fase de mayor riesgo de contagio ocurre entre los 7 días antes del inicio de las manchitas surgen hasta 7 días después de que aparecen. Los niños que nacen con rubéola congénita por contagio de la madre pueden continuar contaminando a otras personas hasta 1 año después del nacimiento.

Tratamiento para la rubéola

Como la rubéola es una enfermedad que normalmente no tiene graves implicaciones, su tratamiento consiste en aliviar los síntomas, por lo que se recomienda tomar medicamentos analgésicos y que controlan la fiebre, como Paracetamol y Dipirona. Además, es importante que la persona quede de reposo y beba bastante líquidos para evitar la deshidratación y para facilitar la eliminación del virus del organismo.

Las complicaciones relacionadas con la rubéola no son frecuentes, pero pueden ocurrir en personas que tienen un sistema inmune debilitado, lo que puede suceder cuando se trata de un tratamiento contra el sida, el cáncer o después de haber recibido un trasplante. Estas complicaciones pueden ser dolor en las articulaciones, causadas por la artritis y la encefalitis. Ver otras complicaciones de la rubéola.

Vacuna previene la rubéola

La mejor forma de prevenir la rubéola es tomar la vacuna triple viral que protege contra el sarampión, la varicela y la rubéola en la niñez. Normalmente la vacuna se aplica en los bebés de 15 meses de edad, siendo necesaria una dosis de refuerzo entre los 4 y los 6 años de edad.

Quien no ha tomado esta vacuna o su refuerzo en la infancia puede tomar en cualquier fase, con excepción del período del embarazo porque esta vacuna puede llevar al aborto o malformaciones en el bebé.

El contagio con la rubéola, así como la toma de esta vacuna, durante el embarazo puede tener serias consecuencias para el feto, como cataratas, sordera, retraso mental e incluso malformaciones cardíacas, que caracterizan el síndrome de la rubéola congénita.