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Tratamiento de la neumonía atípica

El tratamiento de la neumonía atípica dura aproximadamente 21 días, pudiendo ser hecho en casa con la utilización de antibióticos, como Eritromicina, Azitromicina o Claritromicina, recetados por el neumólogo . La neumonía atípica es causada por microorganismos diferentes de los de la neumonía común, como Mycoplasma pneumoniae, Clamydia pneumoniae o Coxiella burnetti, siendo que durante el tratamiento los antibióticos pueden ser cambiados, aumentando las posibilidades de desarrollar diarrea.

La neumonía atípica es contagiosa y, por lo tanto, los pacientes deben cubrir la boca con un pañuelo o una máscara para estornudar o toser, previniendo la transmisión a otras personas.

Señales de empeoramiento de la neumonía atípica

Las señales de que el tratamiento no está en el efecto incluyen el aumento de la fiebre por encima de 40º y el agravamiento de la dificultad para respirar, pudiendo resultar en una respiración rápida y latidos del ala de la nariz.

Ante los signos de empeoramiento, el paciente debe ir al hospital, ya que puede ser necesario hacer nuevos exámenes, cambiar de antibiótico o permanecer internado para hacer fisioterapia respiratoria, recibir oxígeno o inyecciones de antibiótico en la vena.

Señales de mejora de la neumonía atípica

Cuando el tratamiento está teniendo éxito, el paciente debe sentir síntomas de mejora del cuadro, como disminución de la fiebre hasta 4 días, disminución de la cantidad de catarro y aumento de la facilidad para respirar.

A pesar de los signos de mejora de la neumonía atípica, el tratamiento medicamentoso de la neumonía atípica debe mantenerse hasta el final del antibiótico, evitando que la neumonía vuelva o agrave.

Cuidados en el tratamiento de la neumonía atípica

Además de los medicamentos, los pacientes deben tener algunos cuidados durante el tratamiento, que incluyen:

Hacer nebulizaciones de acuerdo con las indicaciones del médico;

  • Evitar ir para el trabajo o la escuela;
  • Mantener reposo en casa;
  • Beber muchos líquidos, como agua, jugo natural o té;
  • Evitar cambios bruscos de temperatura;
  • Utilizar ropa adecuada para la estación.
  • Estos cuidados son importantes para evitar que la neumonía vuelva o se agrave, causando complicaciones como parada respiratoria, encefalitis o miocarditis, por ejemplo.