En la tiroiditis de Hashimoto el cuerpo produce anticuerpos que atacan la tiroides y esto puede suceder en cualquier fase de la vida. La enfermedad comienza con un aumento indoloro de la glándula o con una sensación de bola en el cuello, que no causa ningún dolor a la palpación. Es común que los pacientes con tiroiditis de Hashimoto presenten otros trastornos endocrinos como, diabetes tipo 1, mal funcionamiento de la glándula suprarrenal u otras enfermedades autoinmunes como anemia perniciosa, artritis reumatoide, síndrome de Sjögren, enfermedad de Addison o lupus, y otras como el déficit de ACTH, el cáncer de mama, la hepatitis y la presencia de H.