El tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo, conocido como TOC, se hace con la utilización de medicamentos antidepresivos, la realización de terapia cognitivo-conductual o una combinación de ambos. A pesar de no siempre curar la enfermedad, este tratamiento es capaz de controlar bien los síntomas en la mayoría de los casos, mejorando la calidad de vida de la persona que convive con este problema.