Las posibilidades de tener la visión afectada por la infección son mayores cuando la enfermedad se encuentra en etapas más avanzadas, debido a los cambios inmunes provocados por la enfermedad, así como por infecciones oportunistas que aprovechan la caída de la inmunidad para instalarse. Después de la infección por el VIH, es posible que se mantenga sin ningún síntoma durante muchos años, hasta que el estado de baja inmunidad facilite la existencia de infecciones y enfermedades en diversos órganos, incluso los ojos, por lo que es muy importante evitar esta complicación con la prevención de la enfermedad y haciendo la prueba para su detección precoz.