Leucemia Linfoide: entienda qué es, qué síntomas y cómo tratar
Este tipo de cáncer se puede dividir en dos tipos:
Leucemia linfoide aguda:
- los síntomas surgen rápidamente y afecta principalmente a los niños. Aunque se desarrolla muy rápido, este tipo tiene mayores posibilidades de curación cuando el tratamiento se inicia precozmente. Leucemia linfoide crónica:
- el cáncer se va desarrollando a lo largo de meses o años y, por lo tanto, los síntomas pueden aparecer lentamente. Este tipo afecta especialmente a adultos y ancianos y su tratamiento presenta menos probabilidades de curación. Normalmente, este tip ode leucemia es más común en personas que estuvieron expuestas a grandes cadenas de radiación, que sufrieron infección por el virus HTLV-1, que fuman o que tienen síndromes como neurofibromatosis, síndrome de Down o anemia Fanconi.
¿Cuáles son los principales síntomas? Los primeros síntomas de leucemia linfoide pueden incluir:
Cansancio excesivo y falta de energía;
Pérdida de peso sin causa aparente;
- Mareos frecuentes;
- Sudoración nocturna;
- Dificultad para respirar y sensación de falta de aire;
- Fiebre por encima de 38ºC;
- Infecciones que no desaparecen o vuelven a surgir muchas veces, como amigdalitis o neumonía;
- Facilidad para tener manchas moradas en la piel;
- Sangrado fácil por la nariz o las encías.
- Generalmente, es más fácil identificar la leucemia linfoide aguda pues los síntomas surgen casi al mismo tiempo, ya en la crónica los síntomas surgen aislados y, por eso, pueden ser señal de otro problema, lo que retrasa el diagnóstico. Además, en algunos casos de leucemia linfoide crónica los síntomas pueden no existir, sin apenas identificarse en exámenes de sangre de rutina.
- Así, para hacer el diagnóstico lo antes posible, es importante consultar a un médico tan pronto como surgen algunos de los síntomas para solicitar un examen de sangre e identificar si hay cambios que deben ser evaluados.
Como se hace el tratamiento
Después del diagnóstico del tipo de cáncer, el médico puede recomendar tratamiento con quimioterapia, radioterapia o trasplante de médula ósea, por ejemplo. Generalmente, en los casos de leucemia aguda el tratamiento es más intenso y agresivo en los primeros meses, siendo reducido a lo largo de 2 años.
Ya en el caso de la leucemia linfoide crónica, el tratamiento puede ser hecho por toda la vida, pues dependiendo del grado de desarrollo de la enfermedad puede ser sólo posible reducir los síntomas.
Entienda la diferente entre este tipo de leucemia y la leucemia mieloide.