Para detectar el cáncer, el médico puede indicar la realización de un examen de sangre de laboratorio que identifica marcadores tumorales, como AFP o PSA, que quedan con los valores de referencia aumentados cuando algún tumor se está desarrollando. Sin embargo, estos valores también pueden estar alterados cuando existe una infección benigna, como apendicitis o prostatitis y, por lo tanto, en la mayoría de los casos es necesario hacer otros exámenes para confirmar el diagnóstico, como ecografía o resonancia magnética, por ejemplo.