¿Qué es Orquiepididimitis, Síntomas y Tratamiento
La orquiepididimitis es un proceso inflamatorio muy común que involucra los testículos (orquitis) y el epidídimo (epididimitis). El epidídimo es un pequeño conducto que recoge y almacena los espermatozoides producidos dentro de los testículos.
La inflamación puede ser causada por bacterias o virus, como en el caso de la papera que es la forma más común de desarrollar la orquitis o la epididimitis, pero también pueden ser consecuencia de enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea y la clamidia. Los agentes bacterianos causantes de infecciones urinarias como la Escherichia Coli también pueden iniciar el proceso inflamatorio, así como traumatismos in situ. Síntomas de la orquiepididimitis
Los síntomas de la orquiepididimitis empiezan con:
Aumento doloroso de sólo uno, o de los dos testículos, que va empeorando con el paso de los días;
- Señales inflamatorias locales como el calor y el rubor (enrojecimiento);
- Puede haber fiebre, mareo y vómito;
- Puede haber descamación de la piel testicular.
- El médico más indicado para observar la región e indicar el tratamiento es el urólogo, que puede palpar el testículo y verificar si hay alivio de los síntomas al intentar sostener los testículos sosteniendo con la mano. El tacto rectal puede ser útil para evaluar el tamaño, la consistencia y la sensibilidad, además de los nódulos que pueden estar presentes.
El médico puede solicitar exámenes como, examen de sangre, orina, urocultura y secreción de la uretra. Si hay sospechas de sífilis, este examen también puede ser solicitado. No siempre es necesario realizar un ultrasonido de la región.
Tratamiento para orquiepididimitis
En el tratamiento para orquiepididimite se utilizan remedios para aliviar los síntomas, como trimetropim, sulfameoxazol o fluorquinolona, y uso de soporte escrotal recurriendo a la sunga atlética para que la hinchazón no empeore aún más el dolor por la acción de la gravedad. Cuando la causa es una bacteria se puede utilizar vancomicina o cefalosporina, por ejemplo.
En los casos infecciosos, además del tratamiento de los síntomas, es necesario intentar identificar el foco inicial de la infección y si la causa es una enfermedad de transmisión sexual esta debe ser eliminada. Cuando se descubre que son hongos, se deben utilizar anti-hongos.