La cirrosis hepática es una enfermedad caracterizada por la inflamación crónica y progresiva del hígado, resultando en su degeneración.
Las hepatitis B y C son las principales causas de la cirrosis, principalmente cuando la persona tiene infección por el virus delta (HDV), por el virus VIH o alcoholismo crónico.
La hepatitis es la inflamación del hígado cuyo síntoma característico es la piel y la parte blanca del ojo amarillento. Aprende todo sobre la hepatitis.
2. Uso abusivo de bebidas alcohólicas
Las respuestas inmediatas del consumo de alcohol son fallo de memoria, pérdida de coordinación para caminar y hablar lenta. Además, el consumo de más de 60 g de alcohol por día (hombres) y 20 g de alcohol por día (mujeres) por un período mayor de 10 años es una de las causas de la cirrosis, pero sus síntomas sólo se percibe en la fase tardía enfermedad. Vea cuáles son las 8 principales enfermedades provocadas por el alcohol.
3. Enfermedad de Wilson
Es una enfermedad rara, hereditaria y que no tiene cura caracterizada por la incapacidad del organismo de metabolizar el cobre, habiendo acumulación en varios órganos, principalmente cerebro e hígado, pudiendo causar daños graves a esos órganos. Más información sobre la enfermedad de Wilson.
4. Hemocromatosis genética
La hemocromatosis es una enfermedad genética rara en la que hay la acumulación de hierro en el hígado y otros órganos debido a un cambio en el intestino. Entiende lo que es la hemocromatosis y cómo identificar los síntomas.
5. Enfermedad hepática grasosa no alcohólica
Aunque no se sabe exactamente cuáles son sus causas, esta enfermedad puede estar relacionada con la diabetes tipo 1, la obesidad y el colesterol alto, pudiendo resultar en cirrosis. 6. Medicamentos
Algunos medicamentos pueden causar cirrosis cuando se utilizan en exceso o sin orientación médica, como por ejemplo la isoniazida, la nitrofurantoina, la amiodarona, la metotrexate, la clorpromazina y el diclofecano.
7. Hepatitis autoinmune
La hepatitis autoinmune es una inflamación crónica del hígado causada por el propio organismo debido a una disfunción del sistema inmune. Este tipo de hepatitis ocurre más en mujeres mayores de 30 años y puede ser indicado por el médico el uso de medicamentos corticosteroides o el trasplante de hígado, pero no siempre representa cura. Vea cómo identificar y tratar la hepatitis autoinmune.
8. Colestasis crónica
La colestasis crónica es una condición en la que la bilis no puede ser conducida del hígado al duodeno, pudiendo ser debido a bloqueo de las vías biliares por la presencia de tumores o cálculos biliares o debido a deficiencia de la producción de bilis . La colestasis crónica puede llevar a la cirrosis y es más común de ocurrir en caso de colitis ulcerativa.
9. Obstrucción del flujo sanguíneo fuera del hígado (síndrome de Budd-Chiari)
El síndrome de Budd-Chiari es una enfermedad rara en la que hay la formación de grandes coágulos sanguíneos que causan obstrucción de las venas que drenan el hígado, riego del órgano. Entiende lo que es el síndrome de Budd-Chiari.
Otras causas
Además de las causas ya citadas, la cirrosis puede ser causada por deficiencia de alfa-1-antitripsina, fibrosis quística, atresia biliar y porfiria y, aunque es una enfermedad grave, es posible interrumpir su evolución a través del correcto tratamiento. Por lo tanto, es importante mantener hábitos saludables y buscar orientación médica cuando se percibe cualquier síntoma relacionado con el hígado, como debilidad, falta de apetito y pérdida de peso. Vea cuáles son los síntomas de cirrosis hepática.
Tratamiento para la cirrosis El tratamiento para la cirrosis hepática puede hacerse con la ingestión de medicamentos de acuerdo con la orientación médica y los cambios en los hábitos de vida. Es necesario que la persona tenga una alimentación adecuada y siga todas las orientaciones médicas, pero en algunos casos, sólo el trasplante de hígado será capaz de solucionar el problema. Durante el tratamiento para cirrosis se debe realizar una ecografía a cada 6 meses para verificar la evolución del tratamiento y la respuesta del hígado.
Las personas con cirrosis que no son portadoras de hepatitis A y B pueden y deben ser orientadas a tomar la vacuna contra la hepatitis A y contra la hepatitis B para prevenir estas enfermedades, ya que pueden agravar el compromiso del hígado, aumentando las llagas de muerte . Más información sobre el tratamiento para la cirrosis.