¿Qué es la Tireoiditis de Hashimoto y cómo tratar
En la tiroiditis de Hashimoto el cuerpo produce anticuerpos que atacan la tiroides y esto puede suceder en cualquier fase de la vida. La enfermedad comienza con un aumento indoloro de la glándula o con una sensación de bola en el cuello, que no causa ningún dolor a la palpación.
Es común que los pacientes con tiroiditis de Hashimoto presenten otros trastornos endocrinos como, diabetes tipo 1, mal funcionamiento de la glándula suprarrenal u otras enfermedades autoinmunes como anemia perniciosa, artritis reumatoide, síndrome de Sjögren, enfermedad de Addison o lupus, y otras como el déficit de ACTH, el cáncer de mama, la hepatitis y la presencia de H. Pylori.
Principales síntomas
Los síntomas más comunes de la tiroiditis de Hashimoto son exactamente los mismos del hipotiroidismo, como:
Aumento fácil de peso;
- Cansancio excesivo;
- Piel fría y pálida;
- Estreñimiento;
- Baja tolerancia al frío;
- Dolores musculares o articulares;
- Ligero hinchazón de la parte delantera del cuello, en el lugar de la tiroides;
- Pelo y uñas más débiles.
- Este problema es más común en las mujeres y su descubrimiento normalmente se realiza entre los 30 y 50 años de edad. Aunque no existe una causa específica para el surgimiento de la tiroiditis de Hashimoto, es posible que sea provocada por una alteración genética, ya que es posible que la enfermedad aparezca en varias personas de la misma familia.
Qué exámenes hacer
La tiroiditis de Hashimoto es la forma más común de hipotiroidismo en los países donde hay yodo en la sal, como en Brasil. Para su diagnóstico se debe realizar el examen de sangre que evalúa la cantidad de T3, T4 y TSH, además de la investigación de los anticuerpos antitiroideos (anti-TPO). La TSH generalmente es normal o aumentada, nunca estando disminuida.
Algunas personas pueden presentar los anticuerpos antitiroideos pero no presentan ningún síntoma, siendo considerados portadores de tiroiditis auto-inmune subclínica y por lo que no necesitan tratamiento.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento normalmente sólo se indica cuando hay cambios de los valores de TSH o cuando surgen síntomas, pudiendo ser hecho con la toma de hormonas como la Levotiroxina, por 6 meses, siendo necesario volver al médico para reevaluar el tamaño de la glándula y realizar nuevos exámenes para saber si es necesario cambiar a otro remedio o ajustar la dosis.
Si la persona tiene dolor o hay un rápido crecimiento de la tiroides, se puede indicar el uso de corticoides, como la Prednisolona, durante 3 a 4 semanas, para aliviar los síntomas.
Dieta para los cambios de la tiroides
Vea el vídeo siguiente y vea cómo la alimentación puede ayudar en el tratamiento: