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Cómo identificar y tratar un mini-AVC

El mini-AVC, también conocido como ataque isquémico transitorio o AVC transitorio, es un cambio, similar al AVC, que provoca una interrupción en el paso de la sangre a un área del cerebro, generalmente debido a la formación de un coágulo.

Sin embargo, a diferencia del AVC, en este caso, el problema dura sólo unos minutos y desaparece solo, sin dejar secuelas permanentes.

Aunque es menos grave, el mini-AVC puede ser una señal de que el organismo está produciendo coágulos fácilmente y, por lo que a menudo surge algunos meses antes de un accidente cerebrovascular, por lo que se recomienda tomar precauciones para evitar que esto suceda.

Como identificar e tratar um mini-AVC

Principales síntomas

Los síntomas del mini-AVC son muy similares a las primeras señales de un AVC e incluyen:

  • Parálisis y hormigueo en un lado de la cara;
  • Debilidad y hormigueo en el brazo y la pierna de un lado del cuerpo;
  • Dificultad para hablar con claridad;
  • Visión borrosa o doble;
  • Mareos y pérdida de equilibrio.

Estos síntomas son más intensos durante algunos minutos, pero desaparecen completamente hasta aproximadamente 1 hora después del inicio.

De cualquier forma se aconseja ir inmediatamente al hospital o llamar a una ambulancia, conectando el 192, para identificar el problema, ya que estos síntomas también pueden indicar un AVC, que necesita ser tratado lo más rápido posible.

Vea otros síntomas de AVC que también pueden ocurrir durante un mini-AVC.

¿Puede dejar secuelas?

En la mayoría de los casos, el mini-AVC no deja ningún tipo de secuelas permanentes, como dificultad para hablar, caminar o comer, por ejemplo, porque la interrupción del paso de la sangre dura poco tiempo y, por lo que raramente se forman lesiones cerebrales serio.

Sin embargo, dependiendo de la gravedad, del tiempo de duración y del lugar del cerebro afectado, algunas personas pueden quedar con algunas secuelas menos graves que las de un accidente cerebrovascular.

Como se hace el tratamiento

Generalmente no es necesario tratar el mini-AVC, pues el coágulo es removido naturalmente por el organismo, sin embargo, aún así es aconsejado ir al hospital para confirmar el diagnóstico y descartar la hipótesis de ser un AVC.

Después del mini-AVC existe un mayor riesgo de tener un accidente cerebrovascular y, por lo tanto, el médico puede indicar algún tipo de tratamiento para evitar que ocurra, incluyendo:

  • Remedios anti-plaquetarios, como Aspirina: disminuyen la capacidad de las plaquetas para pegar , evitando la aparición de coágulos, especialmente cuando ocurre una herida en la piel;
  • Remedios anticoagulantes, como la warfarina: afectan algunas proteínas de la sangre, haciéndolo más fino y con menor probabilidad de formar coágulos que pueden llevar a un accidente cerebrovascular;
  • Cirugía: es usada cuando la arteria carótida es muy estrecha y ayuda a dilatar más el vaso, evitando que la acumulación de grasa en sus paredes interrumpan el paso de sangre;

Para elegir la mejor forma de tratamiento, el médico puede solicitar varios exámenes de diagnóstico, como ultrasonido o tomografía computarizada, por ejemplo, para evaluar lo que está llevando a la aparición de coágulos.

Además, es importante que después del mini-AVC se adopten hábitos saludables que ayuden a disminuir el riesgo de formación de coágulos como no fumar, hacer 30 minutos de ejercicio físico 3 veces por semana y tener una alimentación equilibrada.

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