Cómo identificar y tratar el AVC
Este derrame cerebral puede ser del tipo isquémico, que es más común y ocurre cuando hay pérdida del flujo de sangre por un coágulo, por ejemplo, o del tipo hemorrágico, cuando un vaso se rompe y provoca sangrado dentro del cerebro o en las meninges, que son las películas que envuelven el cerebro.
Ambas condiciones deben ser tratadas con urgencia y pueden dejar secuelas, como dificultades en el movimiento o en la comunicación. Así, lo ideal es que se previene el surgimiento del AVE, lo que puede ser hecho con hábitos de vida saludables, alimentación equilibrada, práctica de actividades físicas y el tratamiento correcto de enfermedades que pueden desencadenar esta situación, como presión alta, colesterol o triglicéridos altos y diabetes, por ejemplo.
Principales síntomas
Los síntomas de AVE aparecen súbitamente, ya veces la persona puede incluso despertar con ellos. Los principales son:
Debilidad o dificultad para mover un miembro, un lado del cuerpo o de la cara;
- Pérdida de sensibilidad en alguna región del cuerpo;
- Dificultad para hablar o para comer;
- Visión borrosa o pérdida parcial de la visión;
- Tontura o desequilibrio;
- Pérdida de conciencia o desmayo.
- El lugar de aparición, la cantidad y la intensidad de los síntomas pueden variar de acuerdo con la región del cerebro correspondiente al vaso sanguíneo afectado ya la cantidad de flujo sanguíneo interrumpido.
En presencia de cualquier señal o síntoma de AVC es importante llamar al SAMU 192 lo más rápido posible, para que los primeros auxilios se realicen y el tratamiento se inicie correctamente en el servicio de urgencias.
Cómo tratar
El tratamiento de un derrame cerebral se debe hacer lo más rápido posible, ya que cuanto más rápido es la mejora del flujo de sangre al cerebro, mayor es la probabilidad de la recuperación del cuadro clínico, así como se vuelve menos probable la existencia de secuelas, como parálisis de una región del cuerpo, dificultades para caminar, hablar o comer, alteraciones de la memoria o cognición, e incontinencia fecal o urinaria, por ejemplo.
La confirmación del diagnóstico y del tipo de AVC se confirma mediante una tomografía computarizada del cráneo o una resonancia magnética, para luego iniciar el tratamiento.
1. AVE isquémico
El tratamiento del ictus isquémico se realiza con el propósito de intentar re-establecer el flujo de sangre al cerebro para controlar el área afectada y la recuperación más fácil. Las opciones son:
Uso de medicamentos
- : se utilizan anti-hipertensivos, como Captopril, usados para reducir la presión arterial si es alta, antiagregantes plaquetarios, como AAS y Clopidogrel, para disminuir la formación de coágulos y trombos en el cerebro, y reductores del colesterol, como Atorvastatina;Trombólisis
- : se realiza con un potente anticoagulante llamado rt-PA, capaz de deshacer el trombo o coágulo en el vaso y permitir el flujo de sangre en la región afectada y disminuir el número de secuelas. Este tratamiento debe realizarse dentro de las primeras 4 horas después del inicio de los síntomas;Cateterismo cerebral
- : es una alternativa a la realización de la trombólisis, existente en algunos centros de neurología, hecha con la inserción de un tubo flexible que va desde la arteria de la ingle hasta el cerebro para intentar remover el coágulo o para inyectar remedios anticoagulantes en el local ;Desobstrucción de la carótida
- : se realiza en casos en que la obstrucción del flujo de sangre ocurre en la arteria carótida, un importante vaso que lleva gran cantidad de sangre al cerebro, y este procedimiento sirve tanto para disminuir los efectos como para prevenir un nuevo derrame cerebral ;Cirugía de descompresión cerebral
- : sólo está indicada en algunos casos de AVC muy grande o que causaron la gran hinchazón en el cerebro, siendo necesario hacer un procedimiento que abre el cráneo por un período, hasta que disminuya la hinchazón causando menos perjuicios al cerebro de la persona.Cuanto antes se inicie el tratamiento del accidente, más fácil será la recuperación de la persona y mayor será la posibilidad de tener menos secuelas.
2. AVE Hemorrágico
El tratamiento del ictus hemorrágico tiene el propósito de intentar disminuir el sangrado y reducir el área comprometida. Por lo tanto, generalmente se utiliza un antihipertensivo si la presión arterial es muy alta, como ocurre en casos como la presión de 220 x 120 mmHg, para disminuir el tamaño del sangrado sin comprometer el flujo sanguíneo hacia el resto del cerebro. La mayoría de las veces, la hemorragia es absorbida por las propias células del cuerpo, pero en sangramientos mayores, también puede ser necesaria la realización de una cirugía de descompresión cerebral para reducir la hinchazón.
También es muy importante tratar la causa del sangrado, que puede ser un aneurisma, una malformación de los vasos sanguíneos o un golpe en la cabeza, por ejemplo, así, después de la estabilización del cuadro clínico de la persona, es posible investigar la característica de los vasos cerebrales, a través de exámenes como la angiografía, y programar un procedimiento quirúrgico de corrección.
Vea más detalles sobre cómo el tratamiento, la recuperación y la rehabilitación de cada tipo de AVC.
El que causa el AVC
El ictus isquémico, que es el tipo más común de derrame cerebral, ocurre cuando hay un impedimento del flujo de sangre en el cerebro, que puede ser por acumulaciones de placas de grasa dentro del vaso, por la impactación coágulo o, incluso, por disminución del flujo de sangre debido a cambios en la circulación del cuerpo.
Este tipo de AVC es muy común en personas que tienen enfermedades como la obesidad, la presión arterial alta, la diabetes, el colesterol y los triglicéridos aumentados y que no hacen el tratamiento correcto, y también en las personas que tienen arritmias cardíacas.
El AVC hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y provoca sangrado dentro del cerebro o en las meninges, películas que envuelven el cerebro. El sangrado de este tipo de AVC puede ocurrir en situaciones como presión muy alta, ruptura de un aneurisma, traumatismo encefálico por un accidente, uso de medicamentos anticoagulantes, uso de drogas ilícitas, tumor cerebral o por enfermedades que alteran la coagulación de la sangre, por alteraciones autoinmunes, hepática o sanguínea, por ejemplo.
Qué hacer para evitar
El AVC isquémico puede ser evitado a través del control de los factores de riesgo, como reducción del peso, alimentación rica en vegetales y pobre en sal, grasa y azúcares, realización de actividad física, dejar de fumar, el tratamiento correcto de enfermedades que pueden desencadenar esta situación, como presión, colesterol, triglicéridos y glucemia, por ejemplo, siguiendo las directrices de médico. Vea nuestros consejos para prevenir enfermedades cardiovasculares como infarto y accidente cerebrovascular.
El AVC hemorrágico también puede ser evitado con estas actitudes, sin embargo, es importante investigar otras posibles causas, como presencia de un aneurisma o malformaciones de vasos cerebrales, que pueden ser causas de dolores de cabeza y mareos frecuentes, enfermedades de la coagulación del vaso sangre y, además, si se hace el uso de medicamentos anticoagulantes, es importante hacer el acompañamiento con el médico con exámenes de sangre y retornos para reevaluar las dosis.