Remedio corticoide: lo que es y para qué sirve

Existen varios tipos de corticoides, que se utilizan de acuerdo con cada problema y que incluyen:

Corticoides tópicos:

• son cremas y lociones utilizadas para tratar las reacciones alérgicas o enfermedades en la piel, como urticaria o eczema. Ejemplos: Acetato de hidrocortizona, Betametasona, furoato de mometasona. Corticoides orales:
• comprimidos utilizados en el tratamiento de enfermedades crónicas inflamatorias, como la bronquitis, la hepatitis, la enfermedad de Crohn o la artritis, por ejemplo. Ejemplos: Prednisona, predcort. Corticoides inyectables:
• prescritos y administrados por el médico para tratar problemas crónicos como lupus, queloides o artritis reumatoide. Ejemplos: Flebocortid, betametasona. Corticoides nasales:
• son sprays usados ​​en el tratamiento del asma, rinitis alérgica y otras alergias respiratorias. Ejemplos: furoato de fluticasona, budesonida, furoato de mometasona. Además, también existen corticoides en colirios que se pueden utilizar para tratar los problemas oftálmicos, como la conjuntivitis o el uveítis, por ejemplo, reduciendo la irritación y el enrojecimiento.

Principales efectos colaterales

Los efectos colaterales de los corticoides son más comunes en casos de uso prolongado e incluyen cansancio, aumento de los niveles de azúcar en la sangre, disminución de las defensas corporales, agitación, insomnio, aumento del colesterol y de los triglicéridos, dolor de cabeza o glaucoma, por ejemplo. Conozca otros efectos en: Tomar corticoides puede engordar y causar estrías y diabetes.

Además, los corticoides engordan cuando se utilizan en exceso pues facilitan la acumulación de grasa abdominal y aumento del peso, característico del Síndrome de Cushing. Más información sobre este efecto secundario en: Síndrome de Cushing.

Quien no debe usar

El uso de corticoesteroides está contraindicado en pacientes con hipertensión, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, osteoporosis, epilepsia, úlcera gastroduodenal, tuberculosis, infecciones virales o por hongos.

Además, los corticoides pueden empeorar algunas enfermedades como la diabetes, el glaucoma, la obesidad o la psicosis, y sólo se deben utilizar bajo la orientación del médico en estos casos.

¿Es seguro usar en el embarazo?

El uso de corticoides en el embarazo no es recomendado, ya que aumenta el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso. Así, el uso de corticoides en el tratamiento de enfermedades crónicas en la embarazada sólo debe hacerse bajo la orientación del obstetra y cuando los beneficios superan los riesgos potenciales.

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