Entender por qué algunos niños son menos cariñosos
Algunos niños son menos cariñosos y tienen dificultad en dar y recibir afecto, aparentando ser un poco fríos, pues desarrollan una defensa psicológica, que puede ser causada por situaciones traumáticas o difíciles, como ser abandonado por los padres o sufrir con violencia doméstica, por ejemplo .
Esta defensa psicológica se trata de un trastorno llamado Trastorno del Apego Reactivo, que surge muchas veces a raíz de malos tratos o abusos infantiles siendo más común en niños que viven en orfanatos debido a la mala relación afectiva que posee con sus padres biológicos.
Lo que es el trastorno del apego reactivo
El trastorno del apetito reactivo afecta especialmente a los bebés y los niños, perturbando la forma en que se crean lazos y relaciones, siendo los niños portadores de esta enfermedad fría, tímida, ansiosa y emocionalmente desapegada.
Un niño con trastorno de apego reactivo no puede ser totalmente curado, pero con el seguimiento correcto puede desarrollarse normalmente, estableciendo relaciones de confianza a lo largo de su vida.
Causas del trastorno del apetito reactivo
Este trastorno surge generalmente en la infancia y puede tener varias causas que incluyen:
- malos tratos o abusos durante la infancia;
- Abandono o pérdida de los padres;
- Comportamientos violentos o hostiles por parte de los padres o de los cuidadores.
Este trastorno surge especialmente cuando los niños menores de 5 años sufren alguna separación de la familia, o si son víctimas de maltrato, abusos o negligencia durante la infancia.
Principales Síntomas y cómo Identificar
Algunos de los síntomas que pueden indicar la presencia de este síndrome en niños, adolescentes o adultos incluyen:
- Sentimiento de rechazo y abandono;
- Pobreza afectiva, demostrando dificultad en demostrar cariño;
- Falta de empatía;
- Inseguridad y aislamiento;
- Timidez y alejamiento;
- Agresividad en relación a los demás y al mundo;
- Ansiedad y tensión.
Cuando este trastorno surge en el bebé, es común el beber llorar, tener mal humor, evitar los cariños de los padres, disfrutar de estar solo o evitar el contacto visual. Una de las primeras señales de alerta para los padres es cuando el niño no hace diferenciación entre la madre o el padre y los extraños, no existiendo ninguna afinidad especial, como se esperaba.
Cómo es el tratamiento
El trastorno del apetito reactivo necesita ser tratado por un profesional entrenado o cualificado, como es el caso de un psiquiatra o psicólogo, que ayudará al niño a crear lazos con la familia y con la sociedad.
Además, es muy importante que los padres o los responsables del niño reciban también formación, asesoramiento o terapia, para que puedan aprender a lidiar con el niño y con la situación.
En los niños que viven en orfanatos el acompañamiento de las asistentes sociales también puede ayudar en la comprensión de ese trastorno y estrategias para que pueda ser vencido, haciendo que el niño sea capaz de dar y recibir afecto.