Tratamiento para el ataque al corazón
El tratamiento para el ataque al corazón, o el infarto, consiste en reestablecer el flujo sanguíneo hacia el corazón. Inicialmente, se indica a los pacientes que no tienen alergias, dos comprimidos de AAS o aspirina. Además, las medicaciones como el dinitrato de isosorbida (isordil) o la nitroglicerina pueden ofrecerse a los pacientes para disminuir el dolor, por ser medicamentos que van a dilatar los vasos coronarios, mejorando el flujo sanguíneo. A continuación, dependiendo del tipo de infarto y del lugar donde el paciente fue atendido, él puede ser sometido a un cateterismo cardíaco o puede ser aplicada una medicación que tiene por función, romper la placa de ateroma que está cerrando el vaso.
El cateterismo cardíaco es importante para evaluar el lugar y la extensión de la obstrucción. De acuerdo con la necesidad, se indica la angioplastia, que consiste en colocar un fino tubo en la arteria (stent), que empuja la placa de grasa y abre espacio para que la sangre pase. En casos donde existen muchos vasos comprometidos o dependiendo de la arteria obstruida, puede ser necesaria una cirugía cardíaca de revascularización.
Esta última consiste en una operación más delicada, donde el médico retira parte de una arteria de otra región del cuerpo y acopla a la coronaria, para cambiar el flujo sanguíneo.
Después del procedimiento elegido, el paciente deberá permanecer internado en el hospital durante algunos días. En casa, debe evitar esfuerzos y alimentarse correctamente. Además, será necesario tomar medicamentos para el corazón por toda la vida.