Espondilitis anquilosante en el embarazo
La mujer que sufre con espondilitis anquilosante debe tener un embarazo normal, pero es probable que sufra con dolores de espalda y tenga más dificultad para moverse especialmente en el último trimestre de gestación, debido a los cambios provocados por la enfermedad.
A pesar de que existen mujeres que no presentan los síntomas de la enfermedad durante el embarazo, esto no es común y en caso de dolor es importante que sea tratada adecuadamente a través de recursos naturales ya que los medicamentos pueden ser perjudiciales para el bebé.
Tratamiento en el embarazo
Fisioterapia, masajes, acupuntura, ejercicios y otras técnicas naturales pueden y deben ser utilizados en el tratamiento de la espondilitis en el embarazo, para traer alivio de los síntomas, ya que esta enfermedad no tiene cura. Los medicamentos sólo deben ser utilizados en último recurso, pues pueden pasar por la placenta y llegar al bebé, perjudicándolo.
Durante el embarazo será muy importante que la mujer mantenga una buena postura durante todo el día y toda la noche para evitar el agravamiento del compromiso de las articulaciones. Utilizar ropa y zapatos cómodos pueden ayudar a alcanzar este objetivo.
Algunas mujeres diagnosticadas precozmente con esta enfermedad pueden presentar la articulación coxofemoral y sacroilíaca muy comprometida, impidiendo la realización del parto normal, debiendo optar por la cesárea, pero esta es una situación rara.
¿La espondilitis afecta al bebé?
Por tener un carácter hereditario es posible que el bebé sea portador de la misma enfermedad. Para aclarar esta duda se puede realizar un asesoramiento genético con la prueba HLA-B27, que indica si el individuo es portador de la enfermedad o no, aunque el resultado negativo no excluye esta posibilidad.