Nutrición para el atleta
La nutrición para el atleta debe ser adaptada, al peso, altura y deporte practicado porque mantener una alimentación adecuada antes, durante y después del entrenamiento es una de las claves para el éxito en las competiciones.
Además, ya está claramente demostrado que la nutrición afecta el desempeño físico y que, asociado al potencial genético y al entrenamiento adecuado, es un factor fundamental para el éxito.
Nutrición para el atleta de musculación
En la nutrición para el atleta de musculación es fundamental el consumo de alimentos ricos en carbohidratos como barras energéticas o fruta antes del entrenamiento para dar energía y evitar el desgaste muscular para la obtención de energía. Además, dependiendo del atleta y de la intensidad del entrenamiento puede incluso ser necesario hacer una bebida deportiva con carbohidratos durante el entrenamiento.
Después del entrenamiento es importante consumir alimentos con proteínas y carbohidratos como leche con chocolate o vitamina de frutas para reponer el glucógeno muscular que fue gastado durante el entrenamiento.
Nutrición para el atleta de alto rendimiento
En la nutrición para el atleta de alto rendimiento es fundamental la ingesta de carbohidratos antes, durante y después del entrenamiento así como la hidratación.
- Antes del entrenamiento - alimentos ricos en carbohidratos de bajo índice glucémico como cereales tipo All Bran, pan de maíz, macarrones, frijoles, mantequilla, soja, guisante, grano de cente o maní, por ejemplo y proteínas como huevo, carne magra o pescado. Además, la hidratación es fundamental.
- Durante el entrenamiento - geles de carbohidratos o frutas secas como uvas pasas o albaricoque. Para la hidratación usar bebida deportiva o suero casero y no usar sólo agua porque lleva la pérdida de sodio pudiendo causar hiponatremia, calambres, fatiga e incluso convulsión.
- Después del entrenamiento - ingerir carbohidratos con alto índice glucémico junto con proteínas magras como vitaminas, leche descremada con chocolate, pan con filete de pavo o queso blanco, por ejemplo.
Los alimentos ricos en grasas deben ser evitados, la grasa tiene que ser consumida en pequeñas cantidades y usar grasas saludables como las del aceite de oliva, nueces, almendras o almendras, por ejemplo, el asesoramiento con el nutricionista es fundamental.