¿Qué hacer para el niño masticar la comida
Algunas veces los niños de más de 1 o 2 años de edad, a pesar de ser capaces de comer casi todo tipo de alimentos, parece que tienen pereza de masticar y se niegan a comer arroz, frijoles, carne, pan o patata. Para resolver este problema, es necesario usar estrategias como dejar pequeños pedazos sólidos en la papila o amasar apenas la mitad de la papilla, además de tener mucha paciencia a la hora de la comida.
Tener este tipo de problema con los hijos no es raro, y normalmente los niños que se niegan a consumir alimentos sólidos pueden haber pasado por períodos difíciles en la primera infancia, como haber quedado ahogado con frecuencia o tuvieron enfermedades que dificultaban la alimentación, haciendo con que los padres recurran a la leche o al ginga con mucha frecuencia, no permitiendo una estimulación adecuada de la masticación.
Aquí están 5 buenas maneras de estimular al niño a comer alimentos sólidos, colocando la propia comida en la boca y masticando todo sola:
1. Comenzar por alimentos que el niño le gusta
Comenzar por alimentos que el niño tiene gusto es una estrategia importante para facilitar la aceptación de la comida sólida. Así, si el niño adora banana amasa, por ejemplo, trate de ofrecer la mitad de un plátano entero y deje que ella misma sostenga el alimento para sentir su textura y olor. En algunos casos, repetir esta estrategia por algunos días es suficiente para que el niño comience a llevar el alimento a la boca de forma espontánea.
2. Dejar pequeños pedazos en la papilla
Dejar pequeños pedazos en la papila es una forma de hacer que el niño siente el alimento sólido poco a poco, sin forzarla a comer toda la comida sólida a la vez.
También se puede usar la estrategia de amasar sólo la mitad de la papilla, dejando la otra mitad formada por alimentos enteros, e ir intentando alternar el tipo de alimento a cada cucharada.
3. Crear recompensas para incentivar
Crear pequeñas recompensas estimula al niño a progresar en la alimentación, siendo posible utilizar incentivos como batir palmas y sonreír a cada cucharada consumida, o permitir que el niño salga del sillón para sentarse en la mesa junto con los niños otros miembros de la familia, lo que hará que tenga un sentimiento de importancia y madurez.
4. Dejar al niño a coger la comida
Dejar al niño coger la comida y dar una cucharadita para que ella sostenga, aunque haga desorden en la cocina, es una forma de animarla a alimentarse sola y pasar una sensación de poder ante la los alimentos. Esta es una buena estrategia especialmente cuando tiene otro adulto alimentándose al lado de ella, pues el niño tiende a imitar las acciones de los familiares, incluso los gestos de llevar la comida a la boca y la propia masticación.
Además, dejar que el niño participe en el momento de la preparación de la comida también aumenta la intimidad de ella con los alimentos y la deja más propensa a experimentar la comida que ella misma ayudó a producir.
5. Reanudar el proceso de introducción alimentaria
Aunque el niño tenga más de dos años de edad, volver a empezar todo el proceso de introducción alimenticia puede ser la forma más eficaz de hacer que comer alimentos sólidos. Para recomenzar, se debe intentar iniciar sólo con papillas de frutas o frutas raspadas en los refrigerios, dejando la leche, el ajo y la sopa amasada aún como las comidas principales del pequeño.
A medida que el niño es aceptando consumir papas de frutas, se debe intentar introducir las frutas en pequeños pedazos y papas saladas, utilizando purés, huevos amasados y carne molida, por ejemplo, siempre recordando de nunca forzar o amenazar al niño durante la edad comida.
Consecuencias para la salud y el desarrollo
Los niños que no mastican los alimentan de sólidos, y comen sólo purés, papillas, mingaus y sopas líquidas o cremosas, pueden desarrollar problemas como retraso del habla y dificultad para reproducir los sonidos de forma correcta, por la falta de masticación y estímulo de los músculos de la musculatura rostro. Como consecuencia de hablar poco o mal, el niño puede sentirse inferior o excluido cuando empieza a convivir con otros niños en la escuela, por ejemplo.
Estos niños necesitan el acompañamiento del pediatra y del nutricionista para que la falta de nutrientes de los alimentos sólidos sea compensada de forma adecuada en preparaciones alternativas, como sopas con verduras, verduras y carnes, en pedazos, vitaminas de fruta con leche o yogurt y cereales , Jugos fortificados con trozos de frutas y vegetales, por ejemplo, porque en todo caso es importante que el niño siempre sea estimulado diariamente a masticar.
A poco se va acostumbrando y dentro de algunos meses puede ser posible notar una buena diferencia en su alimentación y también en su crecimiento y desarrollo.