Qué hacer en caso de placenta previa
En caso de placenta previa con poco sangrado basta quedarse de reposo y evitar relación sexual. Sin embargo, cuando la placenta previa presenta sangrado intenso, puede ser necesario permanecer internada para evaluación fetal y materna.
La placenta previa se produce cuando la placenta recubre parcial o totalmente la abertura interna del cuello del útero, generalmente a partir de 30 semanas de gestación, pudiendo causar síntomas como sangrado vaginal intenso. Este problema es más frecuente en mujeres que están embarazadas de gemelos, multíparas, que tienen cicatrices uterinas anteriores, que tienen más de 35 años o que ya han tenido la placenta previa anterior.
Tratamiento de la placenta previa
El tratamiento de la placenta previa debe ser orientado por el obstetra y puede ser hecho en el hospital o en casa, de acuerdo con la edad gestacional y el sangrado vaginal que la embarazada presenta. En general, el tratamiento implica reposo y la adopción de algunos cuidados, como:
- Evitar hacer esfuerzos y quedarse mucho tiempo de pie, permaneciendo la mayor parte del día sentada o acostada, preferentemente, con las piernas elevadas;
- Dejar de trabajar, teniendo que quedarse en casa;
- Evitar tener contacto íntimo.
Cuando el sangrado es intenso, la madre puede tener que quedarse internada y hacer transfusiones de sangre o hasta una cesárea de emergencia. En casos más graves el médico también puede prescribir medicamentos para ayudar en el desarrollo de los órganos del bebé, así como remedios para evitar el parto prematuro y para que el embarazo se mantenga al menos hasta las 36 semanas de gestación.
Riesgos de la placenta previa
El principal riesgo de placenta previa es provocar parto prematuro y hemorragia, lo que perjudicará la salud de la madre y del bebé. Además, la placenta previa también puede causar acretismo placentario, que es cuando la placenta queda atrapada en la pared del útero, dificultando su salida a la hora del parto. Este agravamiento puede causar hemorragias con necesidad de transfusión de sangre y, en los casos más graves, remoción total del útero y riesgo de vida para la madre. Existen 3 tipos de acretismo placentario:
- Placenta acreta: cuando la placenta está sujeta a la pared del útero de manera más leve;
- Placenta increta: la placenta está sujeta más profundamente que en la acreta;
- Placenta percreta: es el caso más grave, cuando la placenta está presa de forma más fuerte y profunda en el útero.
El acretismo placentario es más común en mujeres que ya han tenido una cesárea anterior debido a la placenta previa, y muchas veces su gravedad sólo es conocida en el momento del parto.
Tipos de placenta previa
La placenta, durante el embarazo y conforme el útero crece, se va hacia la parte superior del útero para que la apertura del cuello del útero esté libre y el bebé pueda nacer. En caso de placenta previa, la placenta permanece en la parte debajo del útero, cubriendo el cuello del útero.
Los tipos de placenta previa son:
- Placenta previa total: la placenta cubre totalmente la abertura interna del cuello del útero;
- Placenta previa parcial: la placenta cubre parcialmente la abertura interna del cuello del útero:
- Placenta previa marginal o lateral: la placenta está cerca de la abertura interna del cuello del útero, pero no la cobre.
Síntomas de placenta previa
Los síntomas de placenta previa son más frecuentes a partir del tercer trimestre de embarazo e incluyen:
- Sangrado vaginal, normalmente indoloro, de color rojo vivo.
En presencia de estos síntomas, la embarazada debe ir inmediatamente al hospital para ser examinada por el obstetra y éste solicitar una ecografía para verificar la localización de la placenta, ya que estos síntomas pueden ser confundidos con el desprendimiento.
El diagnóstico de la placenta previa se realiza mediante un examen de ultrasonido. Cuando alguna irregularidad de este tipo en la placenta se encuentra al principio del embarazo, se llama placenta baja, y es probable que la placenta se posicione correctamente después de las 30 semanas. En las gestantes que no presentan síntomas, la placenta previa sólo es descubierta por el ultrasonido del tercer trimestre, que forma parte de los exámenes del prenatal.
Como queda el parto en caso de placenta previa
Cuando se tiene placenta previa es necesario hacer una cesárea, pues la apertura del cuello del útero está cubierta con la placenta, lo que impide el paso del bebé y puede provocar hemorragia en la madre durante el período parto normal. Además, puede ser necesario que el bebé nazca antes del tiempo previsto, pues la placenta puede despegar muy temprano y perjudicar el suministro de oxígeno al bebé.