Prolapso de la válvula mitral y del embarazo
El prolapso de la válvula mitral, en la mayoría de las mujeres, no presenta complicaciones durante el embarazo, el parto o el bebé. Sin embargo, cuando se asocian a otras enfermedades cardiacas como insuficiencia mitral importante, hipertensión pulmonar, fibrilación auricular y endocarditis infecciosa, es necesario más cuidados y acompañamiento por un obstetra y cardiólogo con experiencia en gestaciones de alto riesgo.
Tratamiento para prolapso de la válvula mitral en el embarazo
El tratamiento para prolapso de la válvula mitral en el embarazo sólo es necesario cuando se manifiestan síntomas como dolor en el pecho, cansancio o dificultad para respirar.
El tratamiento en estos casos, debe realizarse siempre con el acompañamiento de un cardiólogo y, preferiblemente, un especialista en cardiopatía en la gestación, que podrá prescribir:
- Antiarrítmicos: controlan los latidos irregulares del corazón;
- Diuréticos: ayudan a eliminar el exceso de líquido de los pulmones;
- Anticoagulantes: ayudan a prevenir los coágulos de sangre.
En algunos casos, puede ser necesario tomar antibióticos durante el parto para evitar el riesgo de infección de la válvula mitral, pero en la medida de lo posible, el uso de medicamentos durante la gestación debe evitarse.
Cuidados en el Prolapso de la válvula mitral en el embarazo
Los cuidados en el prolapso de la válvula mitral en el embarazo son simples pero importantes e implican:
- reposo y restricción de actividad física;
- Ganancia de peso <10 kg;
- Suplementación de hierro después de la semana 20;
- Disminución en el consumo de sal.
En general, el prolapso de la válvula mitral en el embarazo es bien tolerado y el cuerpo de la madre se adapta bien a la sobrecarga del sistema cardiovascular propio del embarazo.
Prolapso de la válvula mitral perjudica al bebé?
El prolapso de la válvula mitral sólo perjudica al bebé en los casos más graves, donde es necesario la realización de cirugía para reparación o cambio de la válvula mitral. Estos procedimientos normalmente son seguros para la madre, pero para el bebé puede representar un riesgo de muerte entre 2 a 12%, por lo que se evita durante la gestación.