Los diferentes tipos de hepatitis son: A, B, C, D, E, F, G, hepatitis autoinmune, hepatitis medicamentosa y hepatitis crónica. Más información:
Hepatitis A
La hepatitis A puede transmitirse a través del contacto con agua o alimentos contaminados. La mayoría de las veces la hepatitis A presenta una sintomatología discreta, caracterizada por cansancio, debilidad, disminución del apetito y dolor en la parte superior de la barriga, pero puede ocurrir un cuadro de hepatitis fulminante. Las personas que ya han tenido hepatitis A presentan inmunidad a este tipo de hepatitis, sin embargo, sigue siendo susceptible a los otros tipos. ¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis A. Qué hacer:
Es importante realizar la higiene a la hora de comer y preparar los alimentos, para evitar que haya contacto con el virus de la hepatitis A. Además es importante evitar compartir cepillos de dientes diente y cubiertos y evitar el contacto íntimo desprotegido. Hepatitis B
La hepatitis B se transmite a través del contacto con sangre o secreciones contaminadas, como transfusiones sanguíneas, compartimiento de jeringas y agujas y relaciones sexual desprotegida, principalmente, lo que hace que la hepatitis B una enfermedad de transmisión sexual (una enfermedad de transmisión sexual el horario de verano). La hepatitis B puede ser asintomática, pero, sin embargo, necesita tratamiento para evitar la progresión de la enfermedad y el deterioro del hígado. ¿Cuáles son los cuatro primeros síntomas de la hepatitis B. Qué hacer:
La mejor manera de prevenir la hepatitis B es con la vacunación aún en la maternidad, para que el niño cree inmunidad contra este virus. Si el adulto no ha recibido la vacuna en la infancia, es importante buscar un puesto de salud para realizar la vacuna. Entiende más sobre la vacuna contra la hepatitis B. Es importante no tener relaciones sexuales desprotegidas y tener cuidado con las condiciones de higiene de ambientes de manicura, tatuaje y piercing, además de evitar compartir jeringas y agujas.
Hepatitis C
La hepatitis C es una infección del hígado causada por el contacto con sangre o secreciones contaminadas con el virus y que tiene cura cuando se descubre precozmente y el tratamiento se inicia rápidamente. Si no se trata, la hepatitis C puede evolucionar a la hepatitis crónica, que puede conducir a la cirrosis o insuficiencia hepática. Ver más sobre la hepatitis crónica. Qué hacer:
Tan pronto como aparezcan los primeros síntomas de la hepatitis C, es indicado ir al infectologista o hepatólogo para que se cierra el diagnóstico y el tratamiento iniciado. Normalmente el tratamiento indicado se realiza con antivirales, como Interferon, Daklinza o Sofosbuvir y dura unos 6 meses. Hepatitis D
La hepatitis D, también llamada hepatitis Delta, es una infección que puede ser asintomática, sintomática o sintomática grave, que ocurre cuando hay contacto con piel y mucosa contaminadas con el virus, a través de relaciones sexuales desprotegidas o compartidas de agujas y jeringas. El virus de la hepatitis D depende del virus de la hepatitis B para replicar y causar enfermedad. Si no se trata, puede resultar en hepatitis fulminante, que es una inflamación grave en el hígado que puede provocar la muerte de la persona. Sepa cuáles son los síntomas, causas y tratamiento de la hepatitis fulminante.
¿Qué hacer:
La prevención de la hepatitis D se da a través de la vacunación contra la hepatitis B, pues el virus de la hepatitis D depende del virus de la hepatitis B para replicarse. Hepatitis E
La hepatitis E se transmite a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados o contacto con heces y orina de personas infectadas con el virus. Esta enfermedad, generalmente, ocurre en brotes debido a la mala higiene o falta de saneamiento básico. Qué hacer:
No existe vacuna para la hepatitis E y el tratamiento consiste en reposo, hidratación, buena alimentación y evitar usar medicamentos o ingerir bebidas alcohólicas. Se sabe cómo se hace la dieta para tratar la hepatitis. Hepatitis F
Hepatitis G
La hepatitis G es causada por el virus de la hepatitis G que frecuentemente se encuentra en individuos diagnosticados con hepatitis B, hepatitis C o VIH. Este virus puede ser transmitido a través de relaciones sin preservativo, transfusión sanguínea o de la madre al hijo a través del parto normal. Qué hacer:
El tratamiento para este tipo de hepatitis aún no está muy bien establecido, ya que no está relacionado con casos crónicos de hepatitis y ni necesidad de trasplante de hígado, sin embargo, es importante consultar al hepatólogo o infectólogo para mejor la orientación. La hepatitis autoinmune es una enfermedad genética en la cual el cuerpo produce anticuerpos contra las propias células del hígado llevando a su progresiva destrucción y aparición de síntomas como dolor abdominal, piel amarillenta y náuseas. En promedio, pacientes diagnosticados con hepatitis autoinmune que no son debidamente tratados sobreviven por apenas 10 años. Qué hacer:
Hepatitis Medicamentosa Como sucede:
La hepatitis medicamentosa puede ser causada por la ingestión exagerada o inadecuada de medicamentos, por la hipersensibilidad de la persona al medicamento o toxicidad del medicamento. En este caso, el hígado no puede metabolizar las toxinas de los medicamentos e inflama generando los síntomas típicos de la hepatitis. ¿Cuáles son los remedios que pueden causar hepatitis medicamentosa. Qué hacer:
Qué hacer: El tratamiento de la hepatitis crónica depende de la gravedad de las lesiones y puede hacerse tanto con el uso de medicamentos, como los corticoides por tiempo indefinido, o con el trasplante de hígado.