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Aprenda a Convivir con una enfermedad que no tiene cura

No es fácil convivir con la necesidad de tomar medicinas todo el día o con la necesidad de necesitar auxilio para desempeñar tareas del día a día, pero para convivir mejor con la enfermedad existen ciertas actitudes físicas y mentales que pueden ser de gran importancia ayudar. Así, algunos consejos que pueden ayudar a convivir mejor con la enfermedad pueden ser:

1. Enfrentar el problema y conocer la enfermedad

Acostumbrarse con la enfermedad y enfrentar el problema puede ser el primer paso para aprender a convivir con la enfermedad . Muchas veces tenemos tendencia a ignorar la enfermedad y sus consecuencias, sin embargo eso sólo retrasa lo inevitable y acaba causando más estrés y sufrimiento a largo plazo.

Por eso, estar alerta sobre lo que está pasando, investigar a fondo la enfermedad y buscar qué opciones de tratamiento disponibles son actitudes que pueden hacer toda la diferencia, ayudando a enfrentar el problema. Además, otra opción es contactar a otras personas que también tengan la enfermedad, pues sus testimonios pueden ser esclarecedores, reconfortantes y de gran ayuda.

Aprenda a Conviver com uma Doença que não tem cura

La recogida de información sobre la enfermedad, ya sea a través de libros, Internet o incluso ante especialistas, es una parte importante del proceso de aceptación, pues ayuda a entender, comprender y aceptar la enfermedad. Recuerde y acepte que su vida ha cambiado, pero no ha terminado.

2. Encontrar el equilibrio y el bienestar

Encontrar el equilibrio es fundamental después de aceptar la enfermedad, pues aunque la enfermedad puede comprometer el estilo de vida y las capacidades físicas, debe recordar que sus capacidades mentales y emocionales que no se han afectado. Por ejemplo, puede que no pueda mover un brazo, pero todavía es capaz de pensar, organizar, escuchar, preocuparse, sonreír y ser amigo.

Además, también es necesario integrar de forma equilibrada todos los cambios en su estilo de vida que la enfermedad puede traer, como medicación, cuidados diarios o fisioterapia, por ejemplo. Aunque la enfermedad puede cambiar la mayor parte de las circunstancias de la vida, no debe controlar su vida, sus pensamientos y sus emociones. Sólo de esta forma y con este pensamiento, va a conseguir encontrar el equilibrio correcto, que ayudará a convivir de forma saludable con la enfermedad. 3. Recupere el control de su vida

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Después de enfrentar el problema y encontrar el equilibrio en su vida, ha llegado la hora de recuperar el control. Comience por descubrir lo que ya no puede hacer, y tome decisiones: si todavía puede y debe hacer o si quiere continuar haciéndolo, aunque eso implique hacer de forma diferente. Por ejemplo, si ha dejado de moverse uno de los brazos y ya no puede atar los cordones, puede elegir dejar de usar zapatos o zapato con cordón, puede optar por pedir ayuda de alguien que lo haga en su lugar o puede elegir aprender a atar el cordón sólo con una mano. Por eso, siempre debe establecer metas (razonables), que cree que logra alcanzar, aunque esto demore algún tiempo y necesite alguna dedicación. Pues eso dará una sensación de realización y ayudar a restaurar la confianza en sí mismo.

Así, es fundamental no vivir volcado sólo para la enfermedad y sí apostar en actividades que logra desempeñar y que le dan placer, como escuchar música, leer un libro, tomar un baño relajante, escribir cartas o poesías, pintar, tocar un instrumento musical , conversar con un buen amigo, entre otras. Estas actividades ayudan tanto al cuerpo como a la mente, pues promueven momentos relajantes y de placer, que ayudan a vivir mejor ya reducir el estrés. Además, recuerde que los amigos y familiares son siempre buenos oyentes, con los que puede hablar de sus problemas, miedos, expectativas e inseguridades, pero recuerde que las visitas no sirven sólo para hablar de la enfermedad, por lo que es importante trazar un tema límite de tiempo para hablar de ella.

Aprender a convivir con la enfermedad es un proceso delicado y demorado, que exige mucho esfuerzo y dedicación. Pero lo importante es nunca perder la esperanza y creer que con el paso del tiempo, las mejoras serán visibles y que el mañana ya no será tan difícil como el hoy.

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