Causas y síntomas de la hipertensión pulmonar
Este aumento de la presión, causado por el aumento de la resistencia de los vasos en los pulmones, debe ser tratado por el neumonogista o cardiologista, con el uso de medicamentos que actúan relajando los vasos sanguíneos, como algunos antihipertensivos, además de reposo y uso de oxígeno.
Principales síntomas
La sobrecarga causada en los pulmones y el corazón, debido al aumento de la presión de los vasos sanguíneos, provoca síntomas como:
falta de aire;
- Desmayo durante los esfuerzos;
- Cansancio;
- Tontura;
- Dolor y apriete en el pecho.
- La falta de aire ocurre, inicialmente, durante los esfuerzos, pero, a medida que la enfermedad empeora y se vuelve más grave, puede pasar a suceder incluso en reposo. Además, como la hipertensión pulmonar está muy relacionada con alteraciones cardíacas, también pueden aparecer síntomas relacionados con el corazón, como hinchazón de las piernas y palpitaciones.
Lo que causa la hipertensión pulmonar
Cualquier persona puede desarrollar la hipertesión pulmonar, pero es más común en adultos mayores de 30 años. A pesar de no estar totalmente aclaradas, las alteraciones de la circulación pulmonar están relacionadas con el aumento de la inflamación, fibrosis y estrechamiento de los vasos sanguíneos. Por lo tanto, las principales causas, son:
Primarias
- : ocurren debido a alteraciones en la formación de los vasos pulmonares, por causas desconocidas, siendo, en este caso, llamadas de idiopáticas, y también por causas hereditarias, y enfermedades, como enfermedades de la tiroides , esclerodermia, lupus, infección por el VIH y enfermedades de la sangre, por ejemplo.Secundarias
- : causadas por cambios en el corazón, como insuficiencia cardíaca, y enfermedades pulmonares, como enfisema, apnea del sueño, trombosis pulmonar o sarcoidosis, por ejemplo.Todas estas causas provocan dificultad en la circulación de sangre dentro del pulmón, lo que puede sobrecargar aún más el corazón, y, si no se tratan, los síntomas se vuelven cada vez peor.
Además, esta enfermedad puede clasificarse según su gravedad, pudiendo ser:
Gravedad
Síntomas | Clase I |
Presencia de hipertensión pulmonar en los exámenes, pero no causa síntomas. | Clase II |
Falta de aire durante la actividad física, limitando esfuerzos físicos. | Clase III |
Limitación importante de la actividad física, falta de aire que se recupera con el descantamiento. | Clase IV |
Falta de aire y cansancio incluso en el reposo, habiendo dificultad para cualquier esfuerzo físico. | Cómo identificar |
El diagnóstico de hipertensión pulmonar se realiza a través de la historia clínica y el examen físico recogidos por el neumólogo o cardiólogo, además de realizar exámenes, como RX de tórax, electrocardiograma y ecocardiograma, que muestran alteraciones en el corazón y en la circulación de sangre.
Para confirmar los resultados, el médico puede solicitar un cateterismo cardíaco, que medirá exactamente la presión dentro de la arteria pulmonar.
Como se hace el tratamiento
Para tratar la hipertensión pulmonar, se debe tratar de corregir lo que la originó, como con el tratamiento de la enfermedad cardíaca o problemas pulmonares, por ejemplo.
Medicamentos pueden ser usados para tratar de mejorar la circulación y reducir la presión del pulmón, como anticoagulantes, vasodilatadores, antihipertensivos, diuréticos y terapia con máscara de oxígeno. Sin embargo, en casos muy graves, el trasplante cardíaco o pulmonar puede ser la única solución.
Los ejercicios respiratorios, orientados por un fisioterapeuta, también pueden ayudar en la recuperación y mejora de los síntomas.
Hipertensión pulmonar del recién nacido
Esta condición surge cuando hay una alteración de la circulación sanguínea de los pulmones y el corazón del bebé, lo que provoca dificultad para oxigenar el cuerpo, y síntomas como dificultad para respirar, labios y dedos azulados e hinchazón en el vaso. La hipertensión pulmonar del bebé, generalmente, ocurre por asfixia dentro del útero o durante el parto, neumonía, hipotermia, hipoglucemia, o por el uso de medicamentos por la madre, en exceso, como indometacina o aspirina, por ejemplo.
El tratamiento se realiza con el uso de oxigenioterapia, con máscara o en una encubadora, manteniendo al bebé calentado y sin dolor, además de medicamentos o procedimientos para corregir los defectos en el corazón. En la fase inicial y más grave, puede ser necesario que la respiración se haga con la ayuda de aparatos, lo que puede ser retirado después de la mejora de los signos y síntomas.