La primera forma de tratamiento que normalmente se indica para la hernia de disco es el uso de medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia, para aliviar el dolor y reducir otros síntomas, como dificultad para mover los miembros o hormigueo.
Otras opciones alternativas, como acupuntura, Pilates o uso de algunos tés, también pueden ayudar a complementar el tratamiento médico, potenciando el efecto de los medicamentos y disminuyendo aún más la incomodidad.
Sin embargo, como la hernia de disco es un cambio que provoca la compresión del disco que se encuentra entre las vértebras, proyectándolo fuera de su espacio, a veces estos tratamientos no son suficientes para devolver calidad de vida a la persona, y en En el caso, se indica la cirugía para la hernia de disco.
El tratamiento recomendado para la hernia de disco incluye el uso de medicamentos como:
El uso de medicamentos anti-inflamatorios, a pesar de tener un buen efecto especialmente en las crisis de dolor por hernia lumbar, no deben ser usados con mucha frecuencia, pues causan muchos efectos colaterales, como irritación del estómago o alteración de la función de los riñones.
En casos de necesidad del uso de medicamentos durante mucho tiempo, los analgésicos, relajantes musculares o anticonvulsivos, prescritos por el médico, son las mejores opciones.
Además de los medicamentos, el ortopedista también puede aconsejar la realización de sesiones de fisioterapia, donde se realizan ejercicios y se aprende posiciones que son importantes para completar el tratamiento con medicamentos y reducir el dolor. Ver todo sobre cómo funciona la fisioterapia para la hernia de disco.
El tiempo de tratamiento con fisioterapia depende del tipo de hernia y de la intensidad de los síntomas presentados, pero puede variar de 1 mes a 6 meses, o más.
Existen formas de aliviar el dolor causado por la hernia de disco con tratamientos caseros que, en algunos casos, pueden sustituir o reducir la dosis de los medicamentos. Los principales son:
En períodos de crisis, se debe quedar de reposo por algunas horas, pero siempre prefiere el movimiento porque eso disminuye la rigidez de los músculos y ayuda en el control del dolor. Pero es importante evitar hacer grandes esfuerzos como una limpieza, o levantar objetos pesados porque así la columna queda más protegida, evitando manipulación o movimientos que pueden causar empeoramiento de la inflamación.
Vea en el siguiente vídeo ejercicios simples y prácticos que ayudan a mejorar el dolor de espalda:
La cirugía para tratar la hernia de disco es indicada principalmente si es del tipo extrusa o secuestrada, cuando no hubo mejora de los síntomas con el uso de medicamentos y fisioterapia, o cuando los síntomas son tan intensos como para causar pérdida de fuerza e incapacidad.
El procedimiento se realiza en un centro quirúrgico, con anestesia general, retirando el disco de la columna afectada, con un pequeño corte, seguido de la unión vértebras o de la sustitución del disco por un material artificial. Puede ser realizado por el ortopedista, pero también por el neurocirujano, pues se mueve con partes importantes del sistema nervioso de la columna.
Otra opción de cirugía es el procedimiento por endoscopia, en que la retirada del disco afectado se realiza a través de un fino tubo introducido a través de la piel, con una cámara en la punta. A pesar de ser más simple, este tipo de procedimiento se realiza en casos específicos, liberados por el cirujano, dependiendo de su experiencia y del lugar de la columna afectada.
Después del procedimiento, la persona puede tener alta en 1 o 2 días, pero debe quedarse de reposo en casa por 1 semana, haciendo tareas simples como cuidados personales y caminar pequeñas distancias. Un collar o chaleco puede ser necesario por 2 semanas, para evitar forzar el lugar y dar seguridad a la persona.
La mayoría de las actividades, como el trabajo, ya se liberan después de este período, pero las actividades físicas que requieren esfuerzo se liberan después de 1 mes.
Las señales de mejora de la hernia de disco normalmente surgen cerca de 3 semanas después del inicio del tratamiento e incluyen principalmente la reducción del dolor y la disminución de la dificultad para mover a los miembros.
Las señales de empeoramiento de la hernia de disco son más frecuentes cuando el tratamiento no está afectando e incluyen dificultad para caminar, ponerse de pie o mover el cuerpo, así como la pérdida de la sensibilidad para orinar o evacuar, por ejemplo.