Saber cuando el ataque de rabia puede ser enfermedad
Ataques de rabia sin control, exceso de rabia y furia repentina pueden ser signos del Síndrome de Hulk, un trastorno psicológico en que hay un descontrol de la rabia, pudiendo ser acompañado de agresiones verbales y físicas que pueden perjudicar a la propia persona u otras personas cercanas .
Este trastorno, también conocido como Trastorno Explosivo Intermitente, normalmente afecta a individuos con problemas constantes en el trabajo o en la vida personal, y su tratamiento puede ser hecho con el uso de medicamentos para controlar el humor y con acompañamiento de un psicólogo.
Se cree que las personas contaminadas con el toxoplasma gondi en el cerebro son más propensas a desarrollar este síndrome. El toxoplasma está presente en las heces del gato, y causa una enfermedad llamada toxoplasmosis, pero también puede estar presente en el suelo y en los alimentos contaminados. Vea algunos ejemplos de fuentes alimentarias que pueden causar la enfermedad haciendo clic aquí.
Cómo saber si mi rabia es normal
Es común sentir rabia en situación de estrés como golpes de coche o birra de los hijos, y ese sentimiento es normal desde que se tenga conciencia y control sobre él, no habiendo cambios bruscos a un estado de furia y comportamiento agresivo, en el cual puede poner en riesgo el propio bienestar y la seguridad de otras personas.
Sin embargo, cuando la agresividad es desproporcionada a la situación que desencadenó la rabia, puede ser una señal del síndrome de Hulk, que se caracteriza por:
- Falta de control sobre el impulso agresivo;
- Romper las propias pertenencias o los de los demás;
- Sudor, hormigueo y temblores musculares;
- Aumento de los latidos del corazón;
- Amenazas verbales o agresividad física a otra persona sin un motivo que justifique esa actitud;
- Sentimiento de culpa y vergüenza después de los ataques.
El diagnóstico de este síndrome es hecho por un médico psiquiatra con base en el historial personal y relato de amigos y familiares, pues ese trastorno sólo es confirmado cuando hay repetición del comportamiento agresivo por varios meses, lo que sugiere que esta es una enfermedad crónica.
Además, es necesario descartar la posibilidad de otras alteraciones del comportamiento, como el trastorno de la personalidad antisalcial y el trastorno de la personalidad fronteriza.
Lo que puede suceder si no se controla
Las consecuencias del síndrome de Hulk son consecuencia de las actitudes impensadas tomadas durante los accesos de furia, como pérdida del empleo, suspensión o expulsión de la escuela, divorcio, dificultad para relacionarse con otras personas, accidentes de coche y hospitalizaciones por lesiones sufridas durante la agresividad.
El cuadro agresivo ocurre incluso cuando no hay uso de alcohol, pero normalmente es más grave cuando ocurre consumo de bebidas alcohólicas, incluso en poca cantidad.
Cómo disminuir los accesos de rabia
Accesos de rabia comunes pueden ser controlados con el entendimiento de la situación y con conversaciones con parientes y amigos. Normalmente la rabia pasa pronto y la persona busca una solución racional para el problema. Sin embargo, cuando los accesos de rabia son frecuentes y pasan a perder el control, se recomienda acompañamiento de un psicólogo y ayuda de los familiares cercanos para que aprendan a enfrentar y controlar los accesos de rabia y agresividad. Sin embargo, además de la psicoterapia, en el síndrome de Hulk también puede ser necesario el uso de medicamentos antidepresivos o estabilizadores del humor, como el litio y la carbamazepina, que ayudarán en el control de las emociones, disminuyendo la agresividad.
Para ayudar a controlar la rabia y prevenir ataques de furia, vea ejemplos de calmantes naturales.