7 Formas de reprogramar la mente para adelgazar más rápido
Reprogramar la mente para adelgazar es una estrategia que ayuda a mantener el foco en la dieta y la actividad física de forma constante, para que la alimentación sana y los ejercicios se convierten en un hábito natural en el día a día, lo que favorece mantenimiento del peso adecuado por más tiempo, evitando el conocido efecto sanfona.
Para reprogramar la mente, es necesario identificar hábitos malos y cambiarlos por una rutina más sana, pero que también sea placentera, pues sólo así los hábitos saludables permanecerán de verdad.
Así, vea seguir 7 consejos para ayudar en ese proceso de reprogramación mental:
1. Creer que es capaz
Creer realmente que es capaz de perder peso y cambiar de estilo de vida es necesario para dejar el cerebro predispuesto a encarar las dificultades y a luchar más para obtener el sueño deseado. Por otro lado, al imaginar que será sólo otro intento frustrado de dieta, el cerebro ya se acostumbra y acepta la derrota, no luchando lo suficiente para conquistar la victoria.
2. Evitar pesar todos los días
Si pesar cada día genera una ansiedad constante por el resultado de la balanza, que no diferencia, por ejemplo, si la ganancia o la pérdida de peso fueron de grasa o masa magra. Además, uno o más malos resultados en la balanza pueden influir en una desistencia completa de la alimentación y la rutina sana, generando un nuevo ciclo de ganancia de peso.
Así, se aconseja que el pesaje se haga como máximo una vez por semana, pero que por lo menos 1 vez cada dos meses, para acompañar la ganancia o pérdida de peso corporal.
3. Hacer seguimiento psicológico
El acompañamiento con un psicólogo ayuda a entender los motivos de una alimentación sin control y de la ganancia de peso excesivo, que a menudo pueden ser consecuencia de problemas en la infancia o con relaciones.
El soporte psicológico desarrolla una mayor capacidad para lidiar con las emociones y ayuda a construir nuevos hábitos saludables en sustitución de hábitos malos, como consumir mucho alcohol, fast foods y refrescos.
4. Recordar y valorar cada conquista
Valorar y mantener el foco en cada conquista, aunque pequeño, genera un efecto dominó de motivación que aumenta la frecuencia de buenas conquistas y mejores resultados. Así, en los días en que la dieta se cumple, pero no la actividad física, por ejemplo, se debe tratar de centrarse en el lado positivo de haber seguido bien la dieta, y no en la falla del entrenamiento. Sin embargo, a pesar de tener que valorar cada conquista, también es importante hacer el compromiso de intentar realizar nuevamente al día siguiente aquella parte que acabó en falla o frustración, pues así se mantiene el espíritu de conquista y de superación.
5. No enfocar sólo en la apariencia
Durante la práctica de actividad física, por ejemplo, es importante enfocarse en la sensación de placer y de misión cumplida que el ejercicio trae, y no sólo en la apariencia aún no deseada en el espejo.
Recordar que cumplir bien la dieta y los entrenamientos trae una sensación buena para el organismo, ayuda a mantener elecciones positivas con una mayor facilidad, pues buenas memorias hacen surgir el deseo de repetir aquella acción y, después de algún tiempo, esa repetición se convertirá un hábito.
6. Practicar nuevos patrones de comportamiento
Es natural del cerebro gustar de rutinas y crear patrones de hábitos para acciones que se repiten con frecuencia y que traen una sensación de placer o de conquista. Sin embargo, hay que tener cuidado porque el cerebro también crea patrones de repetición automática para acciones que no son saludables, como comer en exceso y tener pereza de ejercitarse.
Así, es importante iniciar la dieta y la actividad física teniendo determinación para seguir de forma correcta lo que fue planeado por lo menos unas semanas, pues cuanto más tiempo se repite una acción, más se vuelve automática al cerebro y más fácil será para mantenerla como un hábito natural de la rutina diaria.
7. Establecer metas reales
Establecer metas reales es importante para generar un ciclo de pequeñas victorias, que juntas traerá más estímulo y determinación para conquistar el objetivo final. Por otro lado, al trazar metas muy difíciles, las sensaciones de derrota y fracaso se toman más constantes, trayendo el sentimiento de incapacidad y la voluntad de desistir.
Hablar con profesionales como el nutricionista y el educador físico es una buena estrategia para planificar metas reales y facilitar el camino de conquistas.
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