Entender los riesgos de la maniobra de Kristeller durante el parto
Generalmente, esta técnica se realiza durante la segunda fase del trabajo de parto, conocida como fase de expulsión, y para ello un médico o enfermero hace fuerza, con las manos o el brazo, en la parte superior de la barriga de la embarazada, durante las contracciones para ayudar al bebé a bajar.
Aunque es una técnica utilizada en muchos partos, todavía está poco estudiada, pero algunos de sus riesgos conocidos incluyen:
Lacaciones en la región íntima de la mujer;
- Ruptura o inversión del útero;
- Aumento de la necesidad de utilizar forceps o ventosa;
- Hematomas en la cabeza del bebé;
- Fractura de la clavícula o del cráneo del bebé;
- Lesiones en los nervios de los brazos del bebé.
- De esta forma, la maniobra de Kristeller sólo debe ser utilizada como un último recurso cuando el trabajo de parto natural está siendo muy difícil, para disminuir la necesidad de hacer una cesárea.
Así, antes de hacer esta maniobra se recomienda experimentar otras técnicas como cambiar la posición de la embarazada, alentar a la embarazada a hacer fuerza o estimular el ejercicio físico durante el trabajo de parto, como caminar por la habitación, por ejemplo.
Conozca algunos de los mejores ejercicios que la embarazada puede hacer para facilitar el trabajo de parto.
Cuando la maniobra puede ser utilizada
Normalmente la maniobra de Kristeller se utiliza en situaciones de:
Sufrimiento del bebé durante el parto;
- Dificultad para expulsar al bebé;
- Cansancio excesivo de la embarazada;
- Efecto intenso de la anestesia que impide a la embarazada empujar al bebé. Sin embargo, antes de hacer la maniobra es importante evaluar si el bebé no está en distonía de hombros, que es cuando uno de los hombros queda atrapado contra los huesos de la cadera de la embarazada, pues si se aplica en esos casos, la maniobra no resuelve la distonía y puede causar lesiones graves en los nervios del brazo del bebé.