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Dejar de fumar es bueno para la piel

Dejar de fumar mejora la piel de la cara y del cuerpo, pero asociar a eso una buena hidratación diaria, y la toma de antioxidantes insertada en un contexto de una alimentación más rica en frutas y verduras ayudan a la piel a recuperar más rápidamente la vida y el aspécto joven.

El cigarrillo contiene muchos agentes tóxicos que oxidan las células, acelerando la velocidad de envejecimiento de la piel y reduciendo la elasticidad de la piel haciéndola sin brillo flácido y susceptible a infecciones como micosis y lesiones más graves provocadas por el sol por ejemplo.

La capacidad de renovación celular del fumador es menos eficiente y cuanto más cigarrillos se fuma peor será. Por eso dejar de fumar no sólo mejora la salud como devuelve a la piel las características de una piel sana.