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Tratamiento de la Neumonía en bebés y niños

El tratamiento de la neumonía infantil dura alrededor de 7 a 14 días porque depende del agente causante de la enfermedad y puede ser hecho en casa, con la utilización de antibióticos, como amoxicilina oral, por ejemplo, o inyección de penicilina prescritos por el pediatra.

Durante el tratamiento de la neumonía infantil, se recomienda que el niño se quede de reposo, sin ir a la escuela, u otros lugares públicos, ya que la neumonía infantil puede ser contagiosa especialmente cuando es causada por virus.

Cuidados durante el tratamiento en casa

Cuando el tratamiento de la neumonía infantil se puede hacer en casa, los padres deben:

  • Garantizar buena alimentación e hidratación;
  • Mantener las vías aéreas limpias;
  • Evitar jarabes para la tos;
  • Hacer nebulizaciones diarias o según la indicación del médico. La neumonía infantil tiene cura, pero puede evolucionar a casos graves cuando el tratamiento no se inicia en las primeras 48 horas después de la aparición de los síntomas como fiebre superior a 38º, tos con catarro, pérdida del apetito, respiración rápida y sin voluntad de jugar. En estas situaciones, el niño puede necesitar quedarse internado para hacer tratamiento con medicación en las venas o recibir oxígeno.

Remedios indicados

Tratamento da Pneumonia em Bebês e Crianças

Los medicamentos antibióticos pueden ser indicados dependiendo del microorganismo involucrado. El pediatra puede recetar penicilina procaína, amoxicilina en forma de comprimido, penicilina benzatina, amoxacilina con clavulanato, cefuroxima, sulfametoxazol-trimetoprim o eritromicina, por ejemplo.

Se debe dar el medicamento a la hora y la dosis indicada por el pediatra para garantizar la curación de la neumonía, si los padres no tienen ese cuidado, la enfermedad puede agravarse.

Signos de que el niño necesita permanecer internado

El tratamiento en el hospital es indicado cuando el bebé o el niño presenta signos de gravedad relacionados con la neumonía, como por ejemplo:

Labios o puntas de los dedos rojizos;

  • Gran movimiento de las costillas al respirar;
  • Gemidos constantes y frecuentes debido al dolor ya la dificultad para respirar;
  • Palidez y postración, falta de voluntad de jugar;
  • Convulsiones;
  • Momentos de desmayo;
  • Vómitos;
  • Piel fría y dificultad para mantener la temperatura ideal;
  • Dificultad para ingerir líquidos y alimentarse.
  • Así, si los padres observan el surgimiento de cualquiera de estos síntomas deberán llevar al niño al hospital para que quede internado y reciba el tratamiento indicado. Es importante llevar al bebé o al niño a ser nuevamente evaluado porque la neumonía puede empeorar y ser más difícil de curar, con riesgo de vida.

Cómo se realiza el tratamiento en el hospital

El tratamiento de la neumonía en el hospital incluye el uso de antibióticos que pueden ser dados por la vena o el músculo, y el uso de máscara de oxígeno para respirar mejor. El suero fisiológico puede ser una opción para mantener al bebé y el niño debidamente hidratada y la fisioterapia puede ayudarla a respirar con menos esfuerzo y de forma más eficiente. En los casos más graves, el niño puede tener que respirar con la ayuda de los aparatos.

Después del inicio del tratamiento el pediatra normalmente evalúa en 48 horas si el niño está respondiendo bien al tratamiento o si hay signos de empeoramiento o mantenimiento de la fiebre, lo que indica que es necesario cambiar o ajustar la dosis del antibiótico.

Incluso después de los primeros signos de mejora, es importante mantener el tratamiento por el tiempo determinado por el médico y para garantizar que la neumonía ha sido curada, el pediatra puede indicar que el niño haga un rayo-x del tórax antes de dar de alta.

Para evitar que la neumonía vuelva, después del tratamiento es importante vestir al niño de acuerdo con la estación del año y evitar lugares con mucho humo, polvo o humo de cigarrillo.