El tratamiento para AVC o accidente cerebrovascular debe iniciarse lo antes posible y, por lo tanto, es importante saber identificar los primeros síntomas para llamar inmediatamente a una ambulancia, ya que cuanto antes ha iniciado el tratamiento, menor es el riesgo de secuelas como consecuencia parálisis o dificultad para hablar, o de complicaciones más graves, como el coma y la muerte. Vea aquí las señales que pueden indicar un AVC.
Así, el tratamiento puede ser iniciado por el médico ya en la ambulancia hacia el hospital, con remedios como antihipertensivos para estabilizar la presión arterial y los latidos del corazón, el uso de oxígeno para facilitar la respiración, además del control de los signos vitales, forma de restaurar el flujo de sangre al cerebro.
Después del tratamiento inicial, se debe hacer la identificación entre el tipo de AVC, a través de exámenes como tomografía y resonancia, ya que esto influye en los próximos pasos del tratamiento, explicado en detalle a continuación. Además, es muy importante que se inicien a terapias de rehabilitación cuanto antes, como con fisioterapia o terapia ocupacional, por ejemplo, lo que disminuye los efectos de las secuelas en el día a día de la persona.
El ictus isquémico surge cuando una vena del cerebro queda obstruida y la sangre no puede llegar hasta una parte del órgano, lo que ocurre casi siempre debido a un trombo o coágulo. En estos casos, se puede utilizar una o varias de estas formas de tratamiento:
Después de un accidente cerebrovascular, la cirugía de descompresión cerebral está indicada en casos en que el cerebro presenta una gran hinchazón, lo que aumenta la presión intracraneal y puede causar riesgo de muerte. Esta cirugía se realiza retirando, por un período, parte del hueso del cráneo, que se restablece cuando la hinchazón mejora.
Los casos de ictus hemorrágico surgen cuando una arteria cerebral presenta una fuga de sangre o rompe, como ocurre con un aneurisma o debido a picos de presión alta, por ejemplo.
En estos casos, el tratamiento se realiza controlando la presión arterial, como antihipertensivos, además del uso de catéter de oxígeno y monitorización de los signos vitales para que el sangrado sea controlado de forma más rápida.
En los casos más graves, en que hay roto completo de la arteria y es difícil parar el sangrado, puede ser necesario hacer una cirugía cerebral de emergencia para encontrar el sitio del sangrado y corregirlo.
En casos de AVC hemorrágico grande, también se puede realizar la cirugía de descompresión cerebral, pues es común que haya irritación e hinchazón del cerebro por el sangrado.
Generalmente, después de haber controlado los síntomas del AVC agudo, es necesaria una internación hospitalaria por cerca de 5 a 10 días, lo que varía de acuerdo con el estado clínico de cada persona, para quedarse en observación con el fin de garantizar una recuperación inicial y evaluar las consecuencias que resultan del accidente cerebrovascular.
En este período, el médico puede iniciar el uso de medicamentos o puede adecuar las medicaciones del paciente, recomendando el uso de un antiagregante o anticoagulante, como la Aspirina o la warfarina, en caso de un ictus isquémico, o removiendo el anticoagulante, en caso de AVC hemorrágico, por ejemplo.
Además, pueden ser necesarios remedios para controlar mejor la presión, la glucemia, el colesterol, por ejemplo, para disminuir el riesgo de nuevos episodios de AVC.
Algunas secuelas pueden permanecer, como dificultad en el habla, disminución de la fuerza de un lado del cuerpo, cambios para tragar el alimento o para controlar la orina o las heces, además de cambios en el razonamiento o la memoria. La cantidad y gravedad de las secuelas varían según el tipo de AVC y el lugar afectado del cerebro, así como la capacidad de recuperación del organismo de la persona. Entiende mejor las posibles complicaciones del AVC.
Después de un AVC, la persona necesita hacer una serie de procesos de rehabilitación, para acelerar la recuperación y disminuir las secuelas. Las principales formas de rehabilitación son:
El apoyo de la familia es fundamental en este período de recuperación de un AVC, tanto para ayudar en actividades que la persona ya no puede realizar, como para soporte emocional, ya que algunas limitaciones pueden ser frustrantes y causar sensación de impotencia y tristeza. Aprenda cómo ayudar a alguien con dificultad en comunicarse.