Tratamiento para esclerodermia
El tratamiento para la esclerodermia consiste en reducir los síntomas de los pacientes y, por lo tanto, puede incluir el uso de:
- Medicamentos anti-fibróticos, como Penicilamina, que disminuyen la acumulación de colágeno;
- Remedios vasoactivos, como Nifedipina, Diltiazem o Pentoxifilina, que dilatan las venas;
- Remedios para presión alta, como Captopril, para evitar problemas cardiovasculares;
- Remedios inmunosupresores, como Ciclofosfamida o Azatioprina, utilizados para problemas pulmonares;
- Remedios para estómago, como Cisaprida o Omeprazol, para evitar problemas en el esófago, como esofagitis;
- Remedios antiinflamatorios, como el ibuprofeno o el cetoprofeno, para disminuir los dolores articulares.
Estos remedios son más comunes en el tratamiento para esclerodermia sistémica , pero también se pueden utilizar en la esclerodermia localizada.Además de los medicamentos, los pacientes, durante el tratamiento, deben dormir con la cabecera elevada, mantener las manos y pies calentados, hacer ejercicio regular e ir a la fisioterapia.
Otro tratamiento que puede ser útil para tratar esta enfermedad es la fototerapia, que consiste en la exposición del área afectada a una luz especial en clínicas o hospitales. Más información sobre este tratamiento haciendo clic aquí.
Tratamiento fisioterapéutico para esclerodermia
El tratamiento fisioterapéutico para esclerodermia se utiliza especialmente en el tratamiento para esclerodermia localizada
y sirve para disminuir el dolor, prevenir contracciones articulares y mantener la función y amplitud de los miembros. Para ello, el tratamiento fisioterapéutico para esclerodermia consiste en ejercicios de movilización y manipulación que deben ser hechos diariamente o de acuerdo con la indicación del fisioterapeuta.