Cuando se hace resonancia magnética en el bebé
La resonancia magnética puede ser utilizada para diagnosticar enfermedades más específicas como espina bífida oculta o lesiones cerebrales, por ejemplo, y por lo tanto es muy utilizada para sustituir otros exámenes de diagnóstico más simple, como ultrasonido o radiografía.
Sin embargo, la resonancia magnética aunque parezca más complicada y necesita mayor preparación, presenta pocos riesgos para el niño pues es un examen indoloro que no necesita hacerse con anestesia general, siendo utilizado sólo uno sedante leve en niños menores de 4 años para dormirse y hacer la experiencia más agradable vel.
Cómo preparar al bebé para la resonancia magnética
La preparación del bebé o del niño debe comenzar el día antes del examen para asegurar el éxito de la resonancia y evitar que tenga que ser repetida.
El día antes del examen
El día antes del examen es importante dejar que el bebé duerma menos horas de lo que está acostumbrado para dormir durante el examen. Una buena sugerencia es acostar al bebé una hora más tarde que la costumbre y despertarle una hora antes.
Además, es importante respetar el ayuno si es necesario hacer sedación, evitando la presencia de alimentos en el estómago que se pueden aspirar a los pulmones mientras el bebé duerme. Por lo tanto, los horarios de ayuno recomendados son:
- 6 horas antes del examen: no ofrecer ningún alimento, pero puede dar leche materna, agua, té con o sin azúcar o suero casero.
- 4 horas antes del examen: ofrecer solamente agua, té o suero casero;
- 2 horas antes del examen: no ofrecer ningún tipo de alimento o líquido.
De esta forma, para evitar que el bebé o el niño quede deshidratado debido al ayuno, se puede ir ofreciendo agua o el suero casero hasta 2 horas antes del examen. Ver como se hace el suero en: Receta de suero casero.
En algunos casos, el pediatra puede aconsejar que la preparación para el examen se haga en el hospital y, por lo tanto, el bebé puede necesitar ingresar al hospital durante algunas horas antes del examen. Sin embargo, se permite que al menos uno de los padres también quede en el hospital.
El día del examen
El día del examen, si no se ha necesitado internación, se aconseja llegar al hospital 30 minutos antes de la resonancia para que el equipo médico pueda preparar al bebé de forma adecuada y para que el niño tenga tiempo de adaptarse al ambiente hospitalario y quedarse más tranquilo.
En este día, el bebé no debe usar ropa con cierres, alfileres u otros metales pues la máquina de resonancia magnética utiliza imanes que pueden arrancar este tipo de materiales, pudiendo lastimar al niño. Sin embargo, todos los niños y los bebés son vistos por un enfermero para asegurar que no hay metales en la ropa o implantes metálicos en el niño, como el marcapasos o la prótesis de los huesos, por ejemplo.
Después de la preparación, el enfermero dará el sedante, en forma de jarabe, que debe ser ingerido por el bebé unos minutos antes de comenzar el examen para evitar que quede agitado dentro de la máquina y altere los resultados, obligando a repetir la resonancia.
Durante la resonancia magnética, los padres pueden quedarse junto al bebé para garantizar su seguridad y evitar la ansiedad, pero también deben tomar todos los objetos con metal, como relojes, gafas o anillos.
Después del examen
Después de hacer la resonancia magnética es normal que el niño tardará cerca de 2 horas para despertar y, por eso, podrá quedarse internada durante ese tiempo hasta que acorde y sea capaz de mamar o comer sin vomitar.
Así, normalmente, el bebé vuelve a casa el mismo día, pero puede presentar más somnolencia durante las primeras 24 horas debido al efecto de la sedación, siendo recomendado redoblar la atención en ese período y evitar dejar el niño jugando sola.
Sin embargo, el bebé puede ir a la guardería, jardín de infancia o escuela 2 días después del examen, ya que los efectos de la sedación ya desaparecieron y no es necesario ningún cuidado especial.