Tratamiento para el agua en el pulmón
El tratamiento para agua en el pulmón, conocido científicamente como edema pulmonar, debe ser hecho lo más rápido posible en el hospital para mantener los niveles de oxígeno adecuados y evitar complicaciones graves, como la parada respiratoria o la falta de órganos vital.
Una vez que los pulmones se llenan de líquido y no pueden absorber la cantidad suficiente de oxígeno, el tratamiento debe iniciarse con el suministro de grandes cantidades de oxígeno a través de una máscara facial.
Después de eso, para que sea posible retirar la máscara de oxígeno y permitir que la persona vuelva a respirar normalmente, se administran medicamentos diuréticos, como la Furosemida, que eliminan el exceso de líquidos a través de la orina, permitiendo que los pulmones se vuelven a llenar aire.
Cuando este problema está causando mucha dificultad para respirar o dolor intenso, el médico puede seguir utilizando inyecciones de morfina directamente en la vena para dejar el paciente más cómodo durante el tratamiento.
Cómo evitar que vuelva a ocurrir
Cuando los síntomas están controlados y los niveles de oxígeno en el cuerpo están equilibrados es importante identificar cuál es el problema que está causando la acumulación de líquido en los pulmones, pues si este problema no se trata, agua en el pulmón pueden volver.
En la mayoría de los casos, el agua en el pulmón surge debido a un problema cardiaco no tratado, como la insuficiencia cardíaca, pero los problemas del sistema nervioso o las infecciones en los pulmones también pueden conducir a la acumulación de líquidos en el pulmón. Conozca las principales causas de agua en el pulmón.
Dependiendo de la causa, el neumólogo puede utilizar otros medicamentos como:
- Remedios para el corazón, como nitroglicerina: alivia la presión sobre las arterias del corazón, mejorando su funcionamiento y evitando la acumulación de sangre en los pulmones;
- Remedios para presión alta, como Captopril: reducen la presión arterial, facilitando el trabajo del corazón y evitando la acumulación de líquidos.
Cuando la causa del edema pulmonar ya se conoce desde el principio, en las personas que tienen problemas cardíacos hace algunos años, por ejemplo, el tratamiento se puede hacer con estos medicamentos desde el principio, para acelerar la eliminación del exceso de líquidos. Sin embargo, en el caso de personas que no tenían el diagnóstico de una enfermedad hasta el surgimiento de los síntomas de agua en el pulmón, el neumólogo podrá encaminar a un cardiólogo u otra especialidad para iniciar el tratamiento adecuado del problema, evitando que vuelva a surgir un cuadro de agua en el pulmón.
Fisioterapia para agua en el pulmón
Después del edema pulmonar, los pulmones pueden perder algo de su capacidad para expandirse, dejando de conseguir cargar grandes cantidades de aire. De esta forma, el neumólogo puede recomendar algunas sesiones de fisioterapia respiratoria para mejorar la capacidad del pulmón y fortalecer los músculos respiratorios, a través de ejercicios indicados por un fisioterapeuta.
Estas sesiones se pueden realizar hasta 2 veces por semana, durante el tiempo necesario para recuperar toda la capacidad pulmonar. Más información sobre estas sesiones de fisioterapia.
Señales de mejora
Las primeras señales de mejora aparecen algunos minutos o horas después del inicio del tratamiento e incluyen la disminución de la dificultad para respirar, el aumento de los niveles de oxígeno, la reducción del dolor en el pecho y el alivio del chido al respirar.
Signos de empeoramiento
Los signos de empeoramiento aparecen cuando el tratamiento no se inicia e incluye el agravamiento de los síntomas como sensación de ahogamiento, extremidades de orina, desmayo y, en los casos más graves, paro respiratorio.