El herpes zóster causa lesiones y ampollas en la piel, pudiendo surgir en el ojo, axila, tórax, brazos y piernas.
¿Cuáles son los síntomas
Los síntomas iniciales del herpes zóster pueden ser:
Picazón en el lugar afectado;
Dolor, hormigueo o ardor en la región afectada;
Fiebre entre 37 y 38ºC;
- Dolor de cabeza.
- Después de aproximadamente 2 a 4 días surgen los síntomas típicos del herpes zóster activo, que incluyen el surgimiento de burbujas y enrojecimiento. En general, las burbujas alcanzan sólo un lado cuerpo, pues acompañan la localización de algún nervio en el cuerpo, recorriendo su longitud y formando un camino de burbujas y heridas.
- Cómo confirmar
- El diagnóstico del herpes zóster se realiza basándose en la evaluación clínica de los signos y síntomas del paciente y de la observación de las lesiones en la piel por el médico.
Sin embargo, si desea confirmar la sospechosidad, el médico también puede solicitar un examen de biopsia de las lesiones en la piel o, más raramente, un examen de sangre para identificar la presencia del virus en el cuerpo.
¿Quién tiene mayor riesgo?
El herpes zóster sólo surge en las personas que ya han sufrido alguna vez en la vida. Esto es porque el virus de la varicela puede alojarse en los nervios del cuerpo durante toda la vida, y en algún período de caída de la inmunidad, puede reactivar en la forma más localizada del nervio.
Las personas que tienen mayor riesgo de desarrollar herpes zóster son aquellas con:
Más de 60 años;
Enfermedades que debilitan el sistema inmune, como el SIDA y el lupus;
Tratamiento de la quimioterapia;
- Uso prolongado de corticoides.
- Sin embargo, el herpes zóster también puede surgir en los adultos que tienen exceso de estrés o que se están recuperando de alguna enfermedad, como la gripe fuerte o el dengue, ya que el sistema inmunológico está debilitado.
- Cómo se realiza el tratamiento
- El tratamiento para el herpes zóster se realiza con la utilización de medicamentos anti-virales como el Aciclovir, para disminuir la multiplicación del virus, disminuyendo así las ampollas, la duración e intensidad de la enfermedad. También puede ser necesario el uso de analgésicos para aliviar el dolor causado por las burbujas.
Además, se debe tomar cuidado como:
Lavar diariamente la zona afectada con agua tibia y jabón neutro sin frotar, secándose bien para evitar el desarrollo de bacterias en la piel;
Usar ropa cómoda, poco apretada y de algodón para permitir que la piel respire;
Colocar una compresa fría de manzanilla sobre la región afectada para aliviar la picazón;
- No aplicar pomadas o cremas sobre las burbujas, evitando que la piel esté irritada.
- Es importante recordar que para ser más eficaz, el tratamiento debe iniciarse tan pronto como las lesiones en la piel surgen. Véase también un remedio natural para el herpes.
- Complicaciones del Herpes Zóster
- La complicación más común del herpes zóster es la neuralgia postherpética, que es la continuación del dolor durante varias semanas o meses después de la desaparición de las burbujas en la piel. Esta complicación es más frecuente en personas de más de 60 años, y se caracteriza por un dolor más intenso que en el período en que las heridas están activas, dejando a la persona acamada y sin capacidad para continuar sus actividades normales.
Otra complicación menos común se da cuando el virus alcanza el ojo, causando inflamación en la córnea y problemas de visión, necesitando acompañado por un oftalmólogo.
Otros problemas más raros que el herpes zóster puede causar, dependiendo del lugar afectado, son neumonía, problemas de audición, ceguera o inflamación en el cerebro, por ejemplo. Sólo en casos raros, generalmente en las personas mayores y con el sistema inmunológico muy debilitado, esta enfermedad puede llevar a la muerte.
Vacuna para Herpes Zóster
La vacuna para el herpes zóster es la única forma eficaz de evitar esta enfermedad y sus complicaciones. La vacuna es recomendada para adultos mayores de 50 años, pero no es ofrecida por el SUS y su precio es de unos 400 reales.
Lo ideal es que esta vacuna sea recomendada por el médico, pues no está indicada para mujeres embarazadas y personas que toman corticoides o que tienen el sistema inmunológico debilitado.