Tularemia: La enfermedad que puede convertirse en Arma Biológica
La bacteria causante de la tularemia es la
Francisella tularensis y siempre que esta enfermedad es diagnosticada es necesario notificar a las autoridades, como el Ministerio de Salud, para que se toman las providencias para descubrir la fuente de la contaminación, ya que esta bacteria puede ser utilizada como arma biológica. Esta enfermedad es más común en las regiones del Norte de los Estados Unidos, Europa y Asia y no existen casos reportados en Brasil.
Síntomas
Los primeros síntomas de tularemia en humanos surgen de forma repentina son la fiebre alta y una herida en la piel difícil de cicatrizar, que indica el lugar de la entrada de la bacteria en el cuerpo. Además, surgen:
Hinchazón de los ganglios linfáticos, las encías inflamadas;
- Pérdida de peso,
- Escalofríos,
- Cansancio,
- Dolores en el cuerpo
- Dolor de cabeza,
- Malestar,
- Tos seca,
- Dolor de garganta y
- Dolor en el pecho.
- Otros síntomas que también pueden estar presentes incluyen:
Si la persona toma agua contaminada, puede presentar un intenso dolor de garganta, que es una faringitis, dolor en la barriga, diarrea y vómito;
- Si la persona es contaminada a través del aire por la entrada de la bacteria por las vías aéreas, puede haber neumonía o septicemia;
- Si el lugar de entrada de la bacteria es los ojos, puede haber una conjuntivitis que deja los ojos rojos, lagrimeantes y con pus.
- Sin embargo, siempre que la persona esté contaminada existe la posibilidad de sufrir de neumonía.
- Normalmente los síntomas comienzan a manifestarse después de 3 y 5 días después de la contaminación, pero la enfermedad no pasa de una persona a otra.
El médico puede llegar al diagnóstico de tularemia al realizar la biopsia de las secreciones de la herida o de los ganglios linfáticos inflamados, y los anticuerpos que combaten la bacteria causante de la enfermedad se pueden encontrar en la sangre después de 10 días del inicio de los síntomas.
Como ocurre la transmisión al ser humano
El ser humano puede ser contaminado a través del contacto con la garrapata, pulgas, piojos, mosquitos y moscas, y también a través del agua contaminada, o de la sangre o tejidos al manipular las vísceras de los animales infectados . Otras formas de contaminación incluyen comer la carne, ser mordido o arañado por el animal contaminado, y también inhalar el polvo de la tierra, granos o hierro que estén contaminados.
La carne de conejo silvestre contaminado, aunque se conserve a bajas temperaturas, como por ejemplo -15ºC todavía permanece contaminada después de 3 años, y por lo tanto en caso de epidemia, no se recomienda comer conejos o liebres.
Tratamiento para tularemia
El tratamiento debe iniciarse lo más rápido posible para evitar las graves complicaciones que la enfermedad puede traer.
La tularemia puede ser tratada con el uso de antibióticos como estreptomicina, gentamicina, tetraciclinas o claranfenicol, siendo los dos primeros más indicados. El medicamento de elección puede usarse 2 veces al día durante 10 ó 14 días, de acuerdo con la indicación médica, siendo necesario repetir los exámenes para cerciorarse de la curación de la enfermedad, porque si el antibiótico no se toma por el tiempo necesario, hay una recaída, siendo necesario reanudar el tratamiento.
En embarazadas, bebés y niños el médico puede decidir mantener el internamiento hospitalario para garantizar la buena hidratación y durante el embarazo, se debe tener en cuenta el riesgo / beneficio del uso de los antibióticos gentamicina y ciprofloxacino, que están contraindicados durante la gestación, pero que son los más indicados para salvar la vida de la mujer.
Complicaciones
Las complicaciones de la tularemia están relacionadas con el tipo A, que es más fuerte y tiene mayor riesgo de muerte. Después del inicio de los primeros síntomas, la persona puede presentar un empeoramiento repentina, donde se observa alteración del estado mental, coagulación de la sangre en las venas o arterias, síndrome respiratorio y posible coma. Así, las complicaciones de la tularemia incluyen meningitis, endocarditis e insuficiencia hepática y renal.
La tularemia tipo B es más blanda y normalmente no presenta complicaciones.
Cómo protegerse de la tularemia
Para protegerse es importante adoptar las siguientes medidas, especialmente si hay una epidemia:
Sólo usar agua acabada de ser filtrada o hervida para beber, cocinar, lavar frutas y vegetales e incluso para cepillarse los dientes;
- No tocar animales muertos o que puedan haber sido infectados con la bacteria;
- Evitar comer alimentos que puedan haber sido contaminados y también la carne de conejos y liebres
- Usar pantalones largos y blusas de manga larga para proteger la piel de la picadura de insectos y garrapatas que puedan haber sido contaminados
- Aún no existe una vacuna que pueda ser que se aplica en la población para prevenir la tularemia, pero los investigadores ya han logrado desarrollar una vacuna viva atenuada, con un tipo de virus poco agresivo, pero su eficacia y seguridad aún no están claras y por eso no pueden ser usadas como forma de protección.