El tratamiento para la mala circulación implica beber 2 litros de agua al día, hacer una alimentación rica en alimentos que estimulen la circulación sanguínea como el ajo, practicar regularmente actividad física e ingerir los medicamentos cuando el médico lo indique. El tratamiento comienza con las alteraciones alimenticias y de ejercicio, cuando estas orientaciones se realizan por 3 meses y no alcanzan resultados es necesario consultar a un cardiólogo, pues la mala circulación puede originarse en un problema de presión arterial alta o insuficiencia renal.