El miedo es una emoción básica que permite a las personas y animales evitar situaciones de peligro. Sin embargo, cuando el miedo es exagerado, persistente e irracional, se considera una fobia, llevando a la persona a huir de la situación que la causó, provocando sentimientos desagradables como ansiedad, tensión muscular, temblor, rubor, palidez, sudoración, taquicardia y pánico.
Existen varios tipos de fobias que pueden ser enfrentadas y tratadas con sesiones de psicoterapia o con la ayuda de medicamentos específicos.
La tripofobia, también conocida por miedo a los agujeros, ocurre cuando se siente malestar, picazón, temblores, hormigueo y repulsa en el contacto con objetos o imágenes que tengan agujeros o patrones irregulares, como panales, agujeros en la piel, madera, plantas o esponjas, por ejemplo. En casos más graves, este contacto puede provocar mareos, aumento de los latidos del corazón, e incluso llevar a una crisis de pánico.
Según una investigación reciente, esto se debe a que las personas con tripofobia hacen una asociación mental inconsciente entre estos patrones y una posible situación de peligro y el miedo surge, en la mayor parte de las veces, en patrones creados por la naturaleza. La repulsa sentida se debe a la semejanza del aspecto de los agujeros con gusanos que causan enfermedades en la piel, o con la piel de animales venenosos.
La Agorafobia se caracteriza por el miedo de permanecer en espacios abiertos o cerrados, de usar transporte público, permanecer en una fila o quedarse en medio de una multitud, o incluso salir de casa solo. En estas situaciones, o al pensar en ellas, las personas con agorafobia sienten ansiedad, pánico, o tienen otros síntomas incapacitantes o embarazosos.
La persona que tiene miedo de estas situaciones, las evita o las enfrenta con mucho miedo y ansiedad, necesitando la presencia de una compañía para soportarlas sin miedo. En estos casos, la persona tiene una preocupación constante de sufrir ataques de pánico, perder el control en público o que suceda algo la deje en peligro.
Esta fobia no debe confundirse con la fobia social, en que el miedo viene de la incapacidad de la persona para interactuar con otras. La fobia social se caracteriza por un miedo exagerado de interactuar con otras personas, pudiendo condicionar mucho la vida social y llevar a estados depresivos. La persona que tiene fobia social se siente muy ansiosa en situaciones como comer en lugares públicos, entrar en lugares llenos, ir a una fiesta oa una entrevista de empleo, por ejemplo.
Los síntomas más frecuentes de la fobia social son ansiedad, aumento del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, sudores, cara roja, manos trémulas, boca seca, dificultad para hablar, tartamudez e inseguridad. Además, la persona también está muy preocupada por su desempeño o con lo que podrán pensar de ella. La fobia social tiene cura si el tratamiento es debidamente hecho. Más información sobre la fobia social.
4.Claustrofobia
La claustrofobia es un tipo de trastorno psicológico en el que la persona tiene miedo de estar en lugares cerrados, como ascensores, autobuses muy llenos o cómodos pequeños, por ejemplo.
Las personas con claustrofobia creen que el espacio donde se va quedando más pequeño, desarrollando así síntomas de ansiedad como sudores excesivos, boca seca y aumento del ritmo cardíaco. Más información sobre este tipo de fobia.
La aracnofobia, también conocida por el miedo a la araña, es una de las fobias más comunes, y sucede cuando la persona tiene un miedo exagerado de estar cerca de los arácnidos, llevándola a perder el control, pudiendo también sentir mareos, aumento del ritmo cardíaco, dolor en el pecho, sensación de falta de aire, temblores, sudor excesivo, pensamientos de muerte y mareos.
No se sabe con certeza cuáles son las causas de la aracnofobia, pero se cree que puede ser una respuesta evolutiva, ya que las arañas más venenosas provocan infecciones y enfermedades. Así, el miedo de las arañas es una especie de mecanismo de defensa inconsciente del organismo, para no ser picado.
6. Coulrofobia
La coulrofobia se caracteriza por un miedo irracional de payasos, en el que la persona se siente traumatizada con su visión, o apenas imaginando su imagen.
Se cree que el miedo de los payasos puede comenzar en la infancia, porque los niños son muy reactivos a las personas extrañas, o debido a un episodio desagradable que puede haber ocurrido con payasos. Además, el simple hecho de lo desconocido, de no saber quién está detrás de la máscara provoca temor e inseguridad. Otra causa de esta fobia puede ser la forma en que los payasos malvados se representan en la televisión o en el cine, por ejemplo.
7. Acrofobia
La acrofobia, o temor de altura, consiste en un miedo exagerado e irracional de lugares altos como puentes o balcones de edificios altos, por ejemplo, especialmente cuando no hay protección.
Esta fobia puede ser desencadenada por un trauma vivido en el pasado, por reacciones exageradas por los padres o los abuelos siempre que el niño estaba en lugares con alguna altura, o simplemente por instinto de supervivencia.