Cirugía de oído, nariz y garganta
La cirugía dura alrededor de 20 a 30 minutos y puede ser necesario que el niño quede internado durante una noche para observación. La recuperación es generalmente rápida y simple, siendo que en los primeros 3 a 5 días el niño debe comer alimentos fríos. A partir del 7º día, el niño ya puede volver a la escuela y ya come normalmente.
Indicaciones de la cirugía de oído, nariz y garganta
Esta cirugía de oído, nariz y garganta es indicada cuando el niño tiene dificultad para respirar y ronca debido al crecimiento de las amígdalas y adenoides y se queda con una especie de secreción en el oído (otitis serosa) que perjudica la audiencia. El crecimiento de estas estructuras ocurre generalmente después de una infección vírica en el niño, como la varicela o la gripe y cuando no vuelven a reducir, las amígdalas en la garganta y las adenoides, que son una especie de carne esponjosa que se ubican dentro de la nariz, el paso normal del aire y aumentando la humedad dentro de los oídos provocando una acumulación de secreción que puede llevar a la sordera si no se trata.
Esta obstrucción, generalmente, provoca ronquido y apnea del sueño que es la parada respiratoria durante el sueño, poniendo en riesgo la vida del niño. Normalmente, el aumento de las amígdalas y de las adenoides disminuye hasta los 6 años, pero en estos casos, que suelen ser frecuentes entre los 2 y los 3 años, la cirugía de oído, nariz y garganta se indica en estas edades.
Los síntomas de acumulación de líquido en el oído son muy discretos y el otorrino necesita tomar la audiometría de decidir hacer la cirugía para medir si la capacidad auditiva del niño está en riesgo. Por eso, si el niño:
Tiene dolor de oído regularmente;
Ver televisión muy cerca del aparato;
- No responder a algún estímulo sonoro;
- Estar muy irritada constantemente
- Todos estos síntomas pueden estar relacionados con la acumulación de secreción en el oído, que puede reflejarse también en dificultad de concentración y déficit de aprendizaje.
- Cómo se realiza la cirugía de oído, nariz y garganta
La cirugía de oído, nariz y garganta se realiza de forma sencilla. La retirada de las adenoides y de las amígdalas se realiza por la boca y las narinas, sin necesidad de cortes en la piel. También se introduce un tubo, llamado tubo de ventilación en el oído interno con anestesia general para ventilar el oído y drenar la secreción, que se quita dentro de los 12 meses después de la cirugía.
Recuperación después de la cirugía de oído, nariz y garganta
La recuperación después de la cirugía de oído, la nariz y la garganta es simple y rápida, alrededor de 3 a 5 días en la mayoría de los casos. Al despertar y en los primeros 3 días después de la cirugía es normal que el niño todavía respira por la boca, lo que puede secar la mucosa operada y causar algún dolor y molestia, y en esta fase es importante ofrecer líquidos fríos al niño a menudo.
Durante la semana siguiente a la cirugía, el niño debe descansar y no debe frecuentar lugares cerrados y con mucha gente como centros comerciales o incluso ir a la escuela para evitar infecciones y garantizar una buena recuperación.
La alimentación vuelve progresivamente a la normalidad, de acuerdo con la tolerancia y recuperación de cada niño, debiendo preferir los alimentos fríos y de consistencia pastosa, que son más fáciles de tragar como minga, helado, pudín, gelatina, sopa. Al cabo de 7 días, la alimentación vuelve a la normalidad, la cicatrización debe estar finalizada y el niño puede volver a la escuela.
Hasta el tubo de los oídos salir, el niño debe usar tapones en la piscina y en el mar deje evitar que entre agua en el oído provocando una infección. Durante el baño, un consejo es colocar un pedazo de algodón en la oreja del niño y pasar crema hidratante por encima, pues la grasa de la crema dificultará la entrada del agua en el oído.