1. Infección
El hígado puede ser infectado por virus o parásitos, que causan inflamación y cambios en su funcionamiento. Los tipos más comunes de infección en el hígado son la hepatitis A, B y C, transmitidas por virus, que además de provocar dolor en el hígado, también pueden causar síntomas como pérdida del apetito, mareo y vómito, cansancio extremo, dolor en los músculos y en las articulaciones, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, heces claras, orina oscura, piel y ojos amarillentos.
Cómo tratar
El tratamiento para la hepatitis consiste en el uso de medicamentos como Interferón, lamivudina o adefovir durante unos 6 a 11 meses, dependiendo del tipo de hepatitis y de la respuesta al tratamiento, debiéndose también hacer una alimentación de fácil digestión, a base de gelatina, pescado o arroz, por ejemplo. Ver más alimentos de fácil digestión.
La hepatitis tiene cura la mayor parte de las veces, pero cuando el tratamiento no se realiza correctamente, aumenta el riesgo de desarrollo de cirrosis y cáncer hepático. La hepatitis puede también prevenirse con las vacunas contra la hepatitis A y B, con el uso condón durante las relaciones sexuales, evitando el reparto de jeringas y adoptando buenas medidas de higiene. Más información sobre cómo prevenir la transmisión del virus de la hepatitis.
2. Enfermedades autoinmunes
En estas enfermedades, el sistema inmune de la persona ataca el propio cuerpo, pudiendo también afectar el hígado, y son ejemplos de ello la hepatitis autoinmune, la cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante primaria. La hepatitis autoinmune es una enfermedad rara, en la que el organismo ataca las células del propio hígado haciéndole inflamarse y provocar síntomas como dolor abdominal, piel amarillenta o mareo. La cirrosis biliar primaria consiste en la destrucción progresiva de los conductos biliares localizados en el hígado, y la colangitis esclerosante provoca su estrechamiento llevando a la aparición de síntomas como fatiga y picazón, por ejemplo, y pudiendo provocar cirrosis e insuficiencia hepática.
La hepatitis autoinmune tiene cura si se realiza un trasplante de hígado, que se utiliza en los casos más graves, sin embargo, la enfermedad puede ser controlada con el uso de medicamentos corticoides como la Prednisona, o inmunosupresores, como la Azatioprina. También se recomienda una alimentación variada y equilibrada, evitando la ingestión de alcohol y alimentos con mucha grasa. Ver más alimentos para la hepatitis autoinmune.
En la cirrosis biliar primaria y en la colangitis esclerosante, el ácido ursodeoxicólico es el tratamiento de elección, y si se inicia mal aparecen los primeros síntomas, puede reducir la velocidad de evolución de la enfermedad, evitando la ocurrencia de cirrosis. En una fase terminal, el único tratamiento que cura eficazmente la enfermedad es el trasplante de hígado.
3. Enfermedades genéticas
El dolor en el hígado también puede ser provocado por enfermedades genéticas que llevan a la acumulación de sustancias tóxicas en el hígado, como es el caso de la hemocromatosis hereditaria, que provoca la acumulación de hierro en exceso en el cuerpo, de la oxaluria que lleva al cuerpo aumento de ácido oxálico en el hígado, o la enfermedad de Wilson, en la que hay acumulación de cobre.
Cómo tratar
En el caso de la oxaluria, se debe reducir el consumo de oxalato presente en espinacas y nueces por ejemplo, y en casos más graves recurrir a diálisis, o incluso trasplante del hígado y del riñón. La enfermedad de Wilson puede ser tratada reduciendo la ingesta de alimentos ricos en cobre, como mejillones o tomando sustancias que se unen al cobre ayudando a eliminarlo en la orina como es el caso de la penicilamina o del acetato de zinc, por ejemplo. Ver más sobre la enfermedad de Wilson.
4. Cáncer
El cáncer de hígado puede afectar los hepatocitos, los conductos biliares y los vasos sanguíneos, y es generalmente muy agresivo, pudiendo provocar dolor en el abdomen, mareo, pérdida del apetito y ojos amarados, por ejemplo. Ver más síntomas del cáncer en el hígado.
Cómo tratar
5. Alcohol excesivo
La hepatitis alcohólica es causada por la ingestión excesiva de bebidas alcohólicas, que causan síntomas como fuertes dolores abdominales, náuseas, vómitos y pérdida de apetito, por ejemplo, y si no se trata puede provocar graves lesiones en el hígado.
Cómo tratar
6. Abuso de medicamentos
La hepatitis medicamentosa es causada por la exposición a sustancias tóxicas o el uso excesivo de medicamentos como paracetamol, nimesulida, eritromicina o estatinas, por ejemplo, o incluso debido a reacciones alérgicas a éstas, que provocan lesiones en las células del mismo, hígado.
Cómo tratar
7. Acumulación de grasa
La acumulación de grasa en el hígado es común en personas con obesidad, colesterol alto o diabetes, pudiendo ser asintomático o provocar síntomas como dolor del lado derecho del abdomen, vientre hinchado, mareo y vómitos.
Cómo tratar
Un buen remedio casero para aliviar y tratar problemas de hígado es el té de cardo-mariano, que tiene en su composición silimarina, muy eficaz en afecciones biliares, hepatitis, hígado graso, enfermedades hepáticas tóxicas, o incluso cirrosis hepática.
Ingredientes
2 cucharaditas de frutas de cardo-mariano
1 vaso de agua hirviendo
Acercar un vaso de agua hirviendo sobre las frutas machacadas de cardo-marrano y dejar reposar durante unos 10 minutos. La dosis recomendada es de 3 a 4 tazas al día.
Cómo prevenir el dolor en el hígado
, como máximo uno o dos vasos de vino por día;
Evitar comportamientos de riesgo
Tomar las vacunas contra el virus de la hepatitis A y B;