Las gestantes diagnosticadas con diabetes gestacional tienen el riesgo de parto prematuro, inducción del parto e incluso de perder al bebé. Sin embargo, estos riesgos pueden ser disminuidos al mantener la tasa de azúcar en la sangre debidamente controlada durante toda la gestación. Las embarazadas que mantengan la glucosa bajo control y que no poseen bebés de más de 4 kg pueden esperar hasta las 38 emanas de gestación por el inicio espontáneo de trabajo de parto y pueden tener un parto normal si es su deseo.