La alimentación en el embarazo si es rica en azúcares y grasas puede determinar si el bebé será obeso, en la infancia y en la vida adulta porque el exceso de estas sustancias puede alterar el mecanismo de saciedad en el bebé, lo que hace que haya más hambre y coma más de lo necesario. Por eso, hacer una alimentación equilibrada rica en verduras, frutas, pescado, carnes blancas como pollo y pavo, huevo, cereales integrales, leche y derivados es fundamental para garantizar la salud de la madre y el correcto desarrollo y crecimiento del bebé.