Para qué sirve la morfina y cuando usar
Este medicamento se puede comprar en las farmacias convencionales en forma de tabletas, solución oral o inyectable, con el nombre comercial de Dimorf, MS Long o MST continus, por ejemplo, sin embargo, se requiere receta médica especial, ya que su uso indebido por traer riesgos a la salud del paciente, como desmayos o coma, además de poder causar dependencia.
Precio
El precio de la morfina es muy variable, desde aproximadamente 25 reales hasta más de 250 reales, lo que varía de acuerdo con la forma de presentación, la dosificación del medicamento y la cantidad en cada caja.
Cuando está indicada
La morfina está indicada para el alivio del dolor intenso, ya sea aguda o crónica, pues actúa en el sistema nervioso central y en otros órganos del cuerpo, para el control de este síntoma.
Cómo tomar
El modo de uso de la morfina varía de acuerdo con el tipo de dolor del paciente y, por lo tanto, la dosificación siempre debe orientarse por el médico que ha recetado el medicamento.
Generalmente, su efecto dura cerca de 4h, pudiendo durar hasta 12h si es el comprimido de liberación prolongada, y si la sustancia tarda para ser eliminada, principalmente por la acción de los riñones.
Posibles efectos colaterales
Los principales efectos colaterales de morfina incluyen mareos, euforia, cansancio, dolor de cabeza, insomnio, vértigo, náuseas, sudoración excesiva, agitación, sequedad de boca, disminución del apetito, estreñimiento, cólicos, disminución del ritmo cardiaco , desmayo, dificultad para orinar, reducción de la libido, dificultad para respirar o parada respiratoria.
Además, el uso de una dosis elevada de este medicamento puede causar somnolencia y dificultad respiratoria, lo que debe tratarse en la emergencia con cuidados médicos intensivos y el antídoto específico, llamado Naloxona. En la mayoría de los casos, el uso de medicamentos sin indicación médica.
Quien no debe usar
La morfina está contraindicada para pacientes que presenten situaciones como dificultad grave en la respiración, depresión del sistema nervioso central, insuficiencia cardíaca secundaria, crisis de asma bronquial, arritmia cardíaca, enfermedad pulmonar crónica, lesiones cerebrales, tumor cerebral, alcoholismo crónico, temblores, obstrucción gastrointestinal e íleo-paralítico, enfermedades que causan convulsiones o que tienen hipersensibilidad a la morfina.