Los primeros zapatos del bebé pueden ser de lana o tejido, pero cuando el bebé empieza a caminar, alrededor de los 12 a 15 meses, es necesario invertir en un buen zapato que consiga proteger los pies sin causar daños o deformidades y que pueden incluso ayudar al bebé a caminar. Usar zapatos poco apropiados puede ser más económico en el momento, pero puede perjudicar el desarrollo de todas las curvaturas del pie del bebé, pudiendo favorecer el pie aburrido, también conocido por pie plano, o causar burbujas y callos, por ejemplo.